Como siempre ocurre en éstas fechas. El ciudadano común jamás escucha las recomendaciones de evitar balaceras al aire durante la celebración del Año Nuevo y saca sus armas para darle gusto al dedo, sin importar los riesgos y las consecuencias que eso trae implícito.
Ayer en los primeros minutos del 2020 en una colonia popular a una niña de solo 11 años le tocó ser la víctima del Año Nuevo.
Un proyectil de caída le alcanzó a dar un rozón en un brazo.
Aunque la lesiones no era de gravedad, si alarmó a sus familiares cuando la vieron sangrar e inmediatamente se dispusieron a trasladarla a la institución médica más cerca.
Fue al Christus Muguerza a donde la llevaron, pero posteriormente la trasladaron al Hospital General donde quedó internada bajo observación médica.
Para María Fernanda, la madrugada del 1º. de enero del 2020 será inolvidable negativamente, puesto que a causa de las balaceras de fin de año, se vio en peligro de muerte.
Las autoridades ministeriales tuvieron conocimiento de los hechos, pero ¿a quien culparían?, si en el aire había miles de proyectiles disparados por numerosos reynosenses irresponsables protagonistas de las balaceras de Año Nuevo.