La PGR en el Distrito Federal atrapó a un asesino y secuestrador diferente. Era blanco, bien parecido, de modales finos y educado al hablar.
Y el delincuente sabía que era carismático, atractivo y manipulador.
Su nombre es Raúl Osiel Marroquín Reyes, de 25 años.
No podían creer que un hombre educado, con grado de Sargento Primero del Ejército Mexicano, fuera el responsable de cuatro homicidios contra homosexuales.
Fue aprendido el 23 de enero del 2006.
Su modo de operar fue diferente a los otros secuestradores. No necesita abordar a ninguna persona, sino que recorría las calles de la Zona Rosa de la Ciudad de México y esperaba.
La Zona Rosa es muy frecuentada por homosexuales. Así que Raúl Osiel sólo se armó de paciencia para que un homosexual le sacará plática.
De la conversación se pasó a la confianza y luego a la invitación al departamento de Raúl Osiel.
Los interrogaba amablemente. Si no tenían recursos, los dejaba ir, pero si la víctima era de familia con dinero entonces se volvía violento y exigía el rescate.
Asesinó a Johathan Razo Ayala, fue su primera víctima. La familia no pudo reunir 50 mil pesos para liberarlo. Duró 16 días secuestrado y finalmente asesinado.
Luego mató a Ricardo López Hernández. Cobró un rescate de 28 mil pesos, pero de todas maneras lo asesinó.
Luego le tocó el turno a Armando Rivas Pérez. No se informó cuando cobró por el rescate, pero también lo asesinó.
Finalmente fue asesinado Víctor Ángel Iván Gutiérrez Balderas. Cobró sólo 8 mil 300 pesos por el rescate, pero como quiera lo mató.
Hubo dos personas secuestradas pero lograron su libertad. El primero fue Juan Carlos Alfaro Alba. En sí fue la primera víctima plagiada por Raúl Osiel. Tuvo la suerte que no lo asesinara porque todavía no se dedicaba al homicidio, sólo secuestro. La familia pagó el rescate, pero no se reveló la cantidad.
La otra víctima con suerte fue José Ricardo Galindo Valdés. Con él se equivocó Raúl Osiel porque la familia no tenía dinero para pagar ningún rescate. Lo dejó en libertad, pero con la amenaza de que no lo denunciara.
Todas las víctimas fueron torturadas. Por eso la prensa lo llamó El Sádico.
Para los agentes de la Procuraduría General de la República fue un caso de estudio porque Raúl Osiel afirmó que no era homosexual, dijo que secuestrar homosexuales era fácil.
También se consideraba un ángel exterminador, ya que una de las víctimas era portador del virus VIH, entonces Raúl Osiel declaró que lo mató para evitar la propagación del virus.
No ganó mucho como delincuente. Sólo 100 mil pesos.
El 4 de septiembre fue condenado a 128 años de prisión.