Miguel Alemán, Tam.
Una mujer procedente desde Reynosa fue evidenciada públicamente en esta ciudad, pues siempre traía consigo a quienes presuntamente son su anciano padre y su hijo, obligando al primero a que solicite ayuda y el segundo venda golosinas.
El crucero de la calle Séptima y Avenida Emiliano Zapata de la zona centro, es el punto donde ella permanecía arriba de su camioneta hasta que terminaban de laborar el niño y el adulto mayor.
Los hechos se prolongaron durante varias semanas, hasta que el titular del Sistema para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), Rigoberto Aguirre, se enteró de ello e intervino personalmente.
Ante esto, Aguirre reprendió a la señora, porque a esas horas el niño debería estar recibiendo sus clases en línea, en lugar de andar vendiendo golosinas en la calle.
Para solucionar dicha situación, el funcionario la amonestó y le prohibió que mande al niño a trabajar nuevamente, haciéndole saber que si vuelve a incurrir en dicha acción, tendrán que proceder en su contra de otra manera.
Posteriormente y al día siguiente, ya no se observó al infante, sin embargo, al anciano si estaba pidiendo ayuda con una lata de aluminio en mano.
Durante casi toda la semana se puede observar al anciano solicitando la ayuda de la gente, en tanto que su hija espera a bordo de su camioneta a que termine de “laborar” su anciano padre para emprender el regreso a Reynosa.