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A revivir o morir en el intento

La Copa Oro puede ser el antídoto a los males de la Selección o volverse el pasaje oscuro que la empuja a una fase terminal

  • Por: REFORMA
  • 24 JUNIO 2015 - 06:13 a.m..
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Ya sea como el oxígeno para salir de una racha angustiante o como el remedio erróneo que aumenta la enfermedad.

¿Habrá limón a la herida? ¿O se encontrará el bálsamo para recuperar el equilibrio en el proceso de Miguel Herrera?

Siempre con el menosprecio encima por la calidad de la mayoría de sus contendientes, la Copa Oro se convirtió en varias de sus recientes ediciones en la plataforma de salvación o en el incremento de la zona de abismo para los directores técnicos de la Selección Nacional y para todo el equipo en sí.

Ya sea como el oxígeno para salir de una racha angustiante o como el remedio erróneo que aumenta la enfermedad, el torneo de Concacaf influye demasiado en el destino del Tricolor y sus conductores.

Para no ir muy lejos, hace dos años la Copa Oro prolongó el periodo de descomposición en que se metió el combinado mexicano bajo las riendas de José Manuel de la Torre. Los marcadores poco o nada favorables en la primera mitad del Hexagonal Eliminatorio se convirtieron en una ventisca en la Confederaciones y luego en huracán cuando se tropezó casi sin meter mano en la competencia de Concacaf, donde México llegaba como campeón defensor.

Creció el “¡Fuera Chepo!” que luego alcanzó sus mayores decibeles al perder en Honduras en el Azteca. Todo se vino abajo a partir de la Copa.

Similar situación le ocurrió a la etapa de Hugo Sánchez, ya que aún con el tercer lugar en Copa América, el proceso siempre arrastró el perder la Final de la Copa Oro de 2007 hasta tronar con el llamado “fiasco de Carson”. El Preolímpico se perdió y se dio la salida del entrenador.

Pero así como puede ser veneno, el torneo también suele ser elíxir para la Selección y, sobre todo, sus entrenadores.

A mediados de 2009, México se tambaleaba en la Eliminatoria Mundialista y a pesar del relevo de Javier Aguirre en el timón, la duda prevaleció por una derrota en El Salvador mientras la imagen del archirrival, Estados Unidos, se agigantaba tras llegar a grandes alturas en la Copa Confederaciones de ese año.

México aplastó 5-0 en la Final al cuadro de las barras y las estrellas y el camino se enderezó ya que a los pocos días le repitió el golpe, ahora 2-1, en duelo de Eliminatoria en casa.  (México, D.F.)

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