¡Bienvenidos a casa!

Reynosa vitoreó este martes a sus niños héroes. Por fin llegaron a casa los beisbolistas de la Liga Treviño Kelly, que le dieron a México un valioso tercer lugar dentro de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas. Bienvenidos sean esos campeones sin corona. Bienvenidos sean esos chamacos que cambiaron las noticas de balazos por las de los batazos, para limpiarle el rostro a una ciudad sumergida en la violencia. 

Los 14 peloteros y sus tres entrenadores arribaron a esta frontera en punto de las 14:30 horas procedentes de Monterrey Nuevo León. Habían volado desde Nueva York hasta la ciudad del Cerro de la Silla para sacarle la vuelta a las inundaciones provocadas por el huracán Harvey, pero sobre todo para esperar a sus papás, quiénes venían en autobús desde Pennsylvania y querían recibirlos a como diera lugar. El presidente de la liga Treviño Kelly, Osiel Cantú, tenía preparada una gran fiesta. El punto de reunión fue el parque Litha Peña de Garza Cantú (casa de la Kelly), en donde fueron recibidos con porras y mariachis, bajo una interminable lluvia de confeti y espuma. La carne asada no podía faltar para cumplir los antojos de los homenajeados. Las autoridades estatales encabezadas por el director del Instituto del Deporte de Tamaulipas (INDE), Carlos Fernández Altamirano, aparecieron para felicitar una vez más a un equipo que se ganó el corazón de todos los tamaulipecos.    

DESFILAN HASTA LA PLAZA PRINCIPAL 

La fiesta no terminó ahí. Los mundialistas y sus familias, abordaron algunas camionetas para emprender un emotivo desfile por todo el Blvd. Morelos, custodiados por elementos de Transito y Protección Civil. La caravana se fue haciendo cada vez más grande y ruidosa, ya que los automovilistas no dejaban de pitar. Los rostros de cansancio eran evidentes en los peloteros, pero las energías les regresaban al ver como personas desconocidas cargaban cartelones con sus nombres. Luego de más de 40 minutos de recorrido, la parada final se dio en la Plaza Principal, en donde la alcaldesa Maki Ortíz ya los esperaba con los brazos abiertos, acompañada por cientos de fanáticos beisboleros.