Salva de la quiebra a la Nissan, pero ahora es acusado de fraude
El es exdirector de la Nissan-Renault se encuentra fugitivo tras de haberse hecho del control total de las dos empresas
Como cualquier persona que comete un error, seguramente los directivos de Nissan se preguntan qué han hecho, cuando analizan el caso de Carlos Ghosn. Este personaje llegó a Nissan en 1999, cuando la automotriz japonesa llevaba siete años con pérdidas, tenía pocos modelos que generaban ganancias, su política de compra de componentes a fabricantes japoneses había incrementado los costos de producción y enfrentaba una deuda de casi 20 mil millones de dólares.
Fue entonces cuando Renault la rescató, al adquirir 37% y convirtiéndose en el principal accionista de Nissan. Ghosn era vicepresidente de Renault cuando se creó la alianza y fue nombrado director general de ambas compañías.
Fue así como el directivo —de familia libanesa, pero nacido en Brasil y educado en Francia— emprendió la reestructuración de Nissan. En Renault era conocido como Le Cost Killer, El asesino de los costos, y esa fue la estrategia que implementó en Nissan.
Con un equipo de 30 personas provenientes de Renault, se rehusó a utilizar los servicios de consultoría externa para reestructurar a la armadora japonesa.
Ghosn cerró cinco plantas con la subsecuente pérdida de 21 mil empleos, equivalentes a 14% de la fuerza laboral de Nissan en ese entonces, y cambió la red de proveedores, dejando fuera a varios fabricantes de autopartes japoneses, pero logró reducir costos de fabricación y generar ganancias.
Para marzo de 2002, Nissan redujo su deuda a menos de 6 mil millones de dólares. Los resultados le permitieron a Ghosn escalar rápidamente en Nissan y en 2001 ya era presidente de la alianza.
En 2005, los modelos Altima, Titan y Murano eran de los más vendidos en Estados Unidos, logro que antes parecía imposible.
Para 2009, el valor de capitalización de mercado de Renault pasó de 8.4 mil millones de euros a 27.6 mil millones y se convirtió en la sexta automotriz más grande del mundo, cuando en 1999 estaba en el lugar once.
En el mismo periodo el valor de capitalización de Nissan subió de 9 mil millones de euros a 34.2 mil millones, pasando de la décima a la quinta posición global.
Las ganancias de Renault se multiplicaron por cinco, llegando a 2 mil 126 millones de euros, y por ocho en Nissan, de 79 mil 660 millones de yenes a 636 mil 100 millones.
Las ventas combinadas de Renault-Nissan se incrementaron de 4.9 millones de unidades en 1999 a 6 millones en 2008 y a 10.7 millones en 2018, ya con Mitsubishi como parte de la alianza, pues se integró en 2016.
DEJA TU COMENTARIO