En la calle

Cientos de migrantes haitianos que llegan a Reynosa buscando asilo en Estados Unidos, tienen como única alternativa pernoctar y alimentarse en las calles mientras esperan una respuesta.

A la intemperie, entre los límite del Río Bravo de la colonia Aquiles Serdán se observan decenas de techos improvisados donde los migrantes y sus familias pasan el día, algunos cuentan con casas de campaña, pero otros deben conformarse con cobijas o plásticos acomodados con troncos. 

La situación se ha mantenido desde que inició la pandemia, pero en los últimos meses se ha agravado. 

“Salir de la isla es una decisión muy difícil pero necesaria, todas las personas que estamos aquí esperando llegar a Estados Unidos queremos trabajar, dar una vida nueva a nuestros hijos, allá es todo escaso, no tenemos dinero ni futuro, además violencia, muchas pandillas”, refirió Jane, migrante haitiana.

Para que los migrantes haitianos consigan un lugar dentro de los albergues, deben anotarse primero en una lista y luego esperar a que se libre cupo, un proceso que puede tardar varias semanas, debido a la saturación.

Aunque no existe un censo oficial de cuántos migrantes hay en Reynosa, asociaciones civiles estiman que sean 10 mil y que solo entre 2 mil 500 a 3 mil  estén dentro de un albergue. 

“Algunos tienen familias que les envían dinero para pagar casas de renta y compran comida, pero otros vemos por nosotros mismos, la manera de mantenernos, nos acercamos a las iglesias que dan despensas, también tienen programas pero no son suficientes para todos”.

El pagar una renta es algo inalcanzable para la mayoría.

Conseguir alimentos es otro problema, por ello se depende de la asistencia civil y de la voluntad de ciudadanos que lleva platillos.