La extorsión ‘le apunta’ a las iglesias
Sacerdotes y personal católico admite ser víctima de sus llamadas telefónicas
Sacerdotes católicos denuncian recibir por lo menos una vez al mes llamadas de extorsión, el modus operandi del que son víctimas pone de pretexto tener rodeados los centros religiosos con personal armado o haber tomado como rehenes a sus trabajadores cercanos.
“Quienes marcan, nos conocen, vigilan lo que hacemos, un sábado muy temprano cuando yo no estaba marcaron a la iglesia y cuando yo terminé mis actividades regresé, mi secretaria ya estaba muy asustada, nerviosa porque le habían dicho que yo estaba secuestrado que me iban a matar y que si no les daba dinero ya nunca me iba a ver, ella no alcanzó a caer”, dijo un sacerdote de la colonia Hidalgo.
El clérigo quien pidió anonimato aseguró que en esta ciudad fronteriza se reciben por lo menos una vez al mes llamadas de extorsión hacía centros religiosos. “Yo tengo conocimiento de que a un trabajador de la parroquia Cristo Rey le marcaron diciendo que el sacerdote estaba enfermo y que necesitaba 4 mil pesos, al final quien tomó la llamada se asustó y no corroboró, tomó el dinero y le depositó”.
De acuerdo con el sacerdote las 50 parroquias que existen en Reynosa han atravesado por alguna situación de riesgo.
De acuerdo con la asociación civil Libres de Extorsión a nivel nacional se han documentado de marzo del 2017 hasta la primera quincena del mes en curso un total de 15 mil números telefónicos nuevos de delincuentes, en su mayoría de Nuevo León, Ciudad de México y Estado de México.
“Optamos por cuidarnos, colgar y avisar a nuestros cercanos que estamos bien, también nos dicen que son de bancos pero las llamadas llegan a las 9 o 10 de la noche”.
Aseguró que estos fraudes no se han denunciado por la poca confianza en las autoridades: “es inútil denunciar, ¿para qué?, no hay seguimiento, yo lo corroboré cuando el año pasado me apuntaron con una pistola para quitarme mi vehículo, intenté poner denuncia pero me pusieron muchas trabas y no logré nada”.
‘¡LOS TENEMOS RODEADOS!’
Operan con la amenaza de que tienen rodeado el centro religioso.
Con hombres armados.
O con haber tomado como rehenes a sus trabajadores cercanos.
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