Nade ‘de a muertito’ y saldrá vivo

Ha visto muy de cerca el dolor de la gente que pierde a un ser querido ahogado. Pero también ha tenido la satisfacción de atestiguar la alegría de los familiares cuando rescatan a alguien con vida.

“De momento no piensas en nada, pero luego de pasado el trago amargo, del esfuerzo de luchar contra la corriente, sientes una calma agradable. Luego sientes la satisfacción de haber salvado una vida cuando los familiares se te acercan para darte las gracias”, reveló Marco Antonio Llanas Quintero, comandante de la Brigada de Rescate Acuático del Departamento de Bomberos

Dijo que el principal factor para que las personas se ahoguen en el río Bravo es que hacen caso omiso de que es muy peligro nadar ahi.

En “La Playita”, donde a pesar de que delimitan las áreas peligrosas con cintas y diversos señalamientos, algunas personas insisten en cruzar la barrera, siendo entonces cuando se suscitan los problemas, destacó.

“Alegan a su favor que saben nadar y que todo el tiempo han nadado ahí, pero no todo el tiempo la persona está al 100 por ciento en sus capacidades físicas. Le puede dar un calambre o una congestión por haber comido o ingerido bebidas embriagantes y se va al fondo del río que es fangoso y tiene muchos desniveles”, comentó.

“Lo más importante es hacer caso a las autoridades, pero en estado de ebriedad menos hacen caso; ‘yo cruzo, voy y vengo’, nos dicen, pero ebrio no es lo mismo”.

“El que uno sepa nadar de manera lírica o que haya aprendido en un canal no quiere decir que sepas nadar, porque esto tiene un método que inicia desde el aprender a flotar y luego dominar las diversas técnicas de natación, con un instructor calificado”.

“Nos ha tocado personas que quieren aprender a rescatar cuando no dominan ni las técnicas básicas de nado. ¿Y qué pasa? pues cometen errores y en el momento crítico no saben qué hacer…van a fallar”.

“Es necesario aprender bien a flotar, luego seguir con las demás técnicas de nado, porque hemos visto que personas aun con chaleco de flotación se hunden o están en peligro de hundirse por la desesperación; al manotear y patalear el cuerpo se va cansando”.

Hay que dejarse llevar por la corriente hasta que la misma corriente te lleve a la orilla o llegue el auxilio. Aunque no tengas un nado perfecto el saber flotar te salva la vida, aseguró Llanas Quintero.

“El cuerpo debe estar de manera horizontal, porque si te por desesperación al sentir el agua en tu nariz y rostro te incorporas, tus pies te van a pesar y se van a fondo”.

El año pasado él y su equipo rescataron vivas a dos personas que se estaban ahogando en canales de riego, así como otras cuatro en el río Bravo, en Semana Santa en “La Playita”, entre estas un adolescente de 14 años quien llevaba puesto chaleco flotador.