Crece la calidad de vida a partir de la menopausia
Con el cese definitivo de las menstruaciones comienza una etapa, gracias a la creciente esperanza de vida que han asegurado el desarrollo y el progreso de la medicina
La esperanza de vida de la mujer ha crecido tanto que, a partir de la menopausia, vivimos hasta un tercio de nuestra vida. Para seguir disfrutando de calidad de vida en este periodo la prevención y el cuidado son esenciales.
La llegada de la menopausia es un acontecimiento en la vida de las mujeres en el que se producen importantes cambios hormonales que repercuten en muchos aspectos de la salud. Con el cese definitivo de las menstruaciones comienza una etapa que implica que, gracias a la creciente esperanza de vida que han asegurado el desarrollo y el progreso de la medicina en los países occidentales, vamos a vivir un tercio de nuestra vida en un estado de deficiencia hormonal.
Conocer qué cambios van a suceder en nuestro cuerpo y entenderlos es fundamental para alcanzar el mayor bienestar posible en esta etapa. La prevención es vital. Podemos minimizar algunos de los efectos que tiene la menopausia sobre nuestro cuerpo. Como, por ejemplo, mantener el tono del suelo pélvico y evitar que se debilite.
¿QUÉ LE OCURRE A NUESTRA MUSCULATURA PÉLVICA?
1.- El envejecimiento progresivo combinado con el fin de la producción de estrógenos por parte de los ovarios (la principal hormona femenina que regula la función de múltiples órganos) favorecen la aparición de alteraciones a nivel del suelo pélvico cuyos síntomas pueden afectar seriamente a nuestra calidad de vida, tales como:
- Incontinencia urinaria
- Incontinencia fecal
- Prolapso genital
- ALTERACIONES EN LA SEXUALIDAD
2.- La pérdida de masa muscular, que existe en esta etapa, también afecta a esta musculatura lo que provoca su debilitamiento. Algunos estudios han comprobado que el grosor del músculo que cierra la uretra se reduce un 3% cada año en mujeres mayores.
3.- Se altera el tejido colágeno de sostén. Se ha podido comprobar que la cantidad de colágeno tipo 1, que es la que aporta la tensión adecuada en el sostén de los órganos, disminuye durante la menopausia.
4.- La elasticidad de los ligamentos que sostienen los órganos pélvicos, como el útero, también disminuye. La capacidad de estirarse y acortarse de nuevo a su posición original después de un esfuerzo se pierde, por lo que los órganos se “descuelgan” y pueden aparecer prolapsos.
5.- Otra alteración claramente relacionada con la menopausia es el deterioro que sufre la uretra, que es muy sensible al déficit hormonal, se atrofia y disminuye su riego sanguineo, favoreciendo la aparición de molestias urinarias.
Si a todo este natural deterioro de los tejidos musculares y de sostén, le unimos que casi todas las mujeres han pasado por uno o varios embarazos y partos, que ya sabemos que dañan el suelo pélvico; podemos entender por qué, alrededor de los 50 años, la mujer debe poner especial atención en el cuidado y prevención de las alteraciones de su suelo pélvico. (Fuente: Dra. Gema García Gálvez)
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