Muere de asfixia obrero plagiado
Familiares recibieron llamada en la que pedían rescate, pero se perdió contacto
Tras confirmarse que la persona que encontraron muerta en un predio enmontado en la colonia Américo Villarreal era la misma que había sido reportada como secuestrada desde el pasado sábado, la agencia del Ministerio Público del Procedimiento Penal Acusatorio de la Unidad General de Investigación Especializada en el combate al Secuestro, atrajo el caso.
Ayer fuentes relacionadas con la investigación informaron que el empleado de una maquiladora Gabriel Chávez García, de 42 años, había sido secuestrado por varios sujetos el sábado.
Sus familiares por vía telefónica el domingo por la tarde fueron contactados por una voz masculina que le exigía una cantidad de dinero a cambio de la vida de Gabriel. Pero a partir de esa llamada se perdió el contacto con los secuestradores y no volvieron a saber nada del paradero del hombre privado de su libertad, hasta el pasado miércoles en que elementos de la Policía Investigadora especializados en el combate al secuestro al realizar algunas diligencias en aquel sector, localizaron el cadáver en estado de descomposición.
El cuerpo estaba amordazado con cinta adhesiva y atado de pies y manos y presentaba heridas punzo cortantes superficiales. Evidentemente su muerte fue de asfixia por sofocamiento. En principio había algunas dudas que posteriormente se disiparon, cuando familiares de Gabriel acudieron ante las autoridades y confirmaron su identidad, al tiempo que solicitaban la entrega del cuerpo.
El hombre pudo haber sido asesinado antes de que los plagiarios llamaran a sus familiares, pues la descomposición del cuerpo hacía suponer que su muerte databa de entre 3 y 4 días.
Tras analizar una serie de evidencias recuperadas, las autoridades abrieron por lo menos 3 líneas de investigación, pero la más importante está relacionada con el secuestro agravado.
Cabe señalar que la denuncia del secuestro la expusieron los familiares de Gabriel, el pasado lunes, es decir, 48 horas después, cuando ya perdieron toda comunicación con los secuestradores.
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