Sin aparecer 8 petroleros
Fueron secuestrados y desaparecidos en la región Ribereña
Ayer, 21 de mayo, se cumplió una década de que 8 obreros petroleros fueron secuestrados y desaparecidos en la región Ribereña de Tamaulipas. Autoridades federales y estatales de seguridad y justicia llevaron el caso del que no hay pesquisas tras 10 años.
Rubén Daniel Rodríguez Sarmiento, Rosbel Palacios Martínez, Raúl Arriaga Rodríguez, Martín Saucedo Escobar, Amador Garza Bustos, José Alejandro Medellín Herrera, Óscar Hugo López Rocha y José Darío Vázquez Salinas trabajaban en la estación de compresión Gigante 1, cuando un grupo armado los raptó, refirieron testimonios de compañeros de trabajo que hablaron con los familiares de las víctimas.
Se los llevaron de un sitio ubicado a aproximadamente 300 metros de la carretera Ribereña, que comunica Nueva Ciudad Guerrero con Nuevo Laredo. Fueron desaparecidos mientras laboraban por la mañana del 21 de mayo de 2010. Los familiares denunciaron a la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas. A la par, los ciudadanos comenzaron a buscarlos desde el primer día desafiando el miedo por los enfrentamientos entre los grupos delincuenciales Los Zetas y el Cartel del Golfo.
La empresa contratista Delta, quien empleaba a los ocho, no respondió a las familias. Petróleos Mexicanos (Pemex) tampoco atendió a las madres, los padres y las esposas. Ellas y ellos formaron el colectivo de búsqueda de personas desaparecidas 21 de mayo, el único que trabaja en la región fronteriza integrada por los municipios de Nueva Ciudad Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo y Gustavo Díaz Ordaz. Esta zona es considerada de alto peligro para el control.
Rubén Daniel Rodríguez Sarmiento, Rosbel Palacios Martínez, Raúl Arriaga Rodríguez, Martín Saucedo Escobar, Amador Garza Bustos, José Alejandro Medellín Herrera, Óscar Hugo López Rocha y José Darío Vázquez Salinas trabajaban en la estación de compresión Gigante 1, cuando un grupo armado los raptó, refirieron testimonios de compañeros de trabajo que hablaron con los familiares de las víctimas.
Se los llevaron de un sitio ubicado a aproximadamente 300 metros de la carretera Ribereña, que comunica Nueva Ciudad Guerrero con Nuevo Laredo. Fueron desaparecidos mientras laboraban por la mañana del 21 de mayo de 2010. Los familiares denunciaron a la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas. A la par, los ciudadanos comenzaron a buscarlos desde el primer día desafiando el miedo por los enfrentamientos entre los grupos delincuenciales Los Zetas y el Cartel del Golfo.
La empresa contratista Delta, quien empleaba a los ocho, no respondió a las familias. Petróleos Mexicanos (Pemex) tampoco atendió a las madres, los padres y las esposas. Ellas y ellos formaron el colectivo de búsqueda de personas desaparecidas 21 de mayo, el único que trabaja en la región fronteriza integrada por los municipios de Nueva Ciudad Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo y Gustavo Díaz Ordaz. Esta zona es considerada de alto peligro para el control.
"Nosotros fuimos (a la zona de trabajo) con cierta esperanza de que los hayan retenido, como supuestamente antes los investigaban y te los soltaban, cosa que no sucedió con los nuestros. La empresa dijo que estaba negociando, que al rato nos los devuelven y ya va para 10 años", comenta el padre de José Darío Vázquez Salinas.
De acuerdo con los familiares de los desaparecidos, la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) encontró dos de los cuatro vehículos de donde se los llevaron. Los marinos entregaron las camionetas a la empresa. Los agentes del Ministerio Público de la PGJ de Tamaulipas no reclamaron los vehículos para realizar pruebas periciales. La impunidad se alzó por encima de cualquier procedimiento judicial.
"Varias personas vieron y una persona que estaba entre el monte. Se llevaron cuatro camionetas y encontraron dos. La Marina las encontró pero no las revisaron y las entregaron a la misma empresa, en lugar de inspeccionar si había rastros de ADN. La compañía desapareció y no se hicieron cargo de nada. A los dos meses los dieron de baja como si hubieran renunciado", explica la madre de José Alejandro Medellín Herrera.
La búsqueda
El colectivo es visible desde el 21 de mayo de 2010 por la búsqueda colectiva e individual de los ocho petroleros. Sin embargo, ellas y ellos prefieren que no se revelen sus identidades a través de nombres y fotografías, debido a que la violencia no ha parado desde el 22 de febrero de 2010, día en que decenas de camionetas del Cartel del Golfo entraron a los municipios de la Ribereña para enfrentarse a los integrantes de Los Zetas.
Conteniendo el miedo, el colectivo 21 de mayo lideró la primera búsqueda en campamentos del crimen organizado con operación en la región. En enero de 2017, las mujeres y los hombres ingresaron a sitios donde encontraron balas, ropa enterrada, alimentos enlatados, equipo táctico, dos mesas de madera, 14 botellones de agua a medio llenar, tres tambos grandes vacíos de color azul, una decena de poncha llantas, cinturones, botellas de plástico, un tubo de pasta de dientes, dos maderas para golpear, una veladora de la Santa Muerte y decenas de credenciales de elector.
La búsqueda de tres días continuos fortaleció al colectivo 21 de mayo. No obstante la desilusión por no hallar rastro de sus familiares, se organizaron con otros colectivos del país y promovieron la construcción del panteón forense "Unidos por el recuerdo" en Miguel Alemán ante el gobierno de Tamaulipas.
El panteón forense fue ubicado en el corazón de la región Ribereña, franja integrada por los municipios de Díaz Ordaz, Camargo, Miguel Alemán, Mier y Guerrero. Aquí, de acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Gobernación en 2017, se denunció la desaparición de 300 personas. El proyecto construido consistió en una gran fosa vertical con capacidad para 500 cadáveres.
En abril de 2018, las familias buscadoras, las autoridades estatales y personal de la Agencia de Cooperación Alemana y de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) abrieron el cementerio. El colectivo participó en las labores de vigilancia de exhumación, análisis, registro e inhumación de los cuerpos y restos en las fosas comunes.
Los familiares de las víctimas vigilaron permanentemente al personal de la l Unidad Especializada en la Investigación y Tratamiento de Cadáveres de Personas no Identificadas, creada en el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, para desarrollar los ocho panteones forenses; hasta ahora solo hay uno terminado y un segundo en planeación en Reynosa.
Respecto a los resultados del panteón forense "Unidos por el recuerdo", la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas informó en enero de 2019 que identificó 20 de los 265 cuerpos exhumados. De las características generales de los cadáveres, los peritos determinaron que 254 corresponden a hombres, 5a mujeres y en 6 casos no hubo indicios claros. Ninguno de los resultados genéticos coincidió con las víctimas del 21 de mayo de 2010.
"Espero que encontremos a nuestros familiares vivos o muertos para tener dónde ir a verlos, porque hay días en que uno anda bien positivo, pero hay días que se te viene a la cabeza qué les hicieron", afirma la esposa de uno de los obreros petroleros.
"Aquí es muy raro, de los que tenemos desaparecidos, que tengamos solo uno, todos tenemos más desaparecidos, más familiares, póngale que sobrinos o tíos o primos, hay muchos, mínimo cada quien tiene 3 ó 4", comenta una de las madres del colectivo 21 de mayo.
A una década de la desaparición, las redes de colectivos de buscadoras y buscadores del país compartieron mensajes de apoyo a las familias de los ocho hombres. Tamaulipas es la entidad con más desaparecidas y desaparecidos en México. El gobierno de México informó que la cifra es de 10 mil 32 personas desaparecidas en territorio tamaulipeco.
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