Despiden a su ‘Amor Eterno’
Dan último adiós a Juan Gabriel en Bellas Artes
México le lloró, le cantó y le juró “amor eterno” a uno de sus más grandes ídolos. Miles de personas acudieron al Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana para dar el último adiós a Juan Gabriel, cuyas cenizas llegaron el lunes al máximo recinto cultural del país.
“Oscura soledad estoy viviendo, la misma soledad de tu sepulcro...”. Con los compases de “Amor eterno” interpretados por el Mariachi de mi Tierra, y en la voz del tenor Fernando Mora, inició la gran despida de Juan Gabriel en un homenaje multitudinario que tiene previsto durar dos días.
Iván Aguilera, hijo del famoso cantautor, el secretario de Cultura Rafael Tovar y de Teresa, y la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda, montaron la primera guardia de honor, mientras afuera miles de personas coreaban a todo pulmón algunos de los temas que convirtieron al Divo de Juárez en uno de los máximos representantes de la cultura popular mexicana.
Una gran fotografía del divo con los brazos abiertos, colocada frente al famoso mural de David Alfaro Siqueiros “Nueva democracia”, dio la bienvenida a los presentes, entre los que se encontraban sus colegas y amigos compositores Martín Urieta y Roberto Cantoral Zucchi.
En el interior de Bellas Artes, adornado con coronas de flores que incluyeron una enviada por su amigo y también músico Luis Miguel, pronto comenzaron a sucederse las canciones interpretadas por célebres artistas como Aida Cuevas, que le regaló a Juanga una muy sentida versión de “Te lo pido por favor” y “Te sigo amando”.
La música también comenzó a sonar en el exterior del palacio, donde muchos se congregaron desde la noche anterior. Sobre un escenario montado en la explanada del palacio, algunas de las canciones más famosas en el repertorio del ídolo, entre las que se destacaron “Mañana mañana”, “La diferencia” y “No tengo dinero”, fueron interpretadas por De la Mora y otros talentos de la música mexicana.
La de ayer lunes fue una despedida muy adecuada para el artista, que en 1990 rompió esquemas al presentarse tres noches seguidas en el Palacio de Bellas Artes, reservado generalmente para ópera y ballet, pese a ser un músico popular, y en 1997 y 2013 repitió la hazaña al cumplir 25 y 40 años de trayectoria, respectivamente.
Las autoridades de la Ciudad de México estiman que, en dos días de homenaje, unas de 750 mil personas se reunirán en el recinto y sus alrededores para despedirse del Divo de Juárez, quien falleció el 28 de agosto en Santa Mónica, California, a los 66 años.
De cumplirse estas previsiones, este homenaje triplicaría en asistentes al celebrado con motivo de la muerte del premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
La urna con las cenizas de Alberto Aguilera Valadez, su nombre real, se ubicó en el centro del lobby de Bellas Artes, donde después de la guardia de honor y de la de algunos compositores se dio acceso al público para que pudiera hacer un muy breve recorrido.
Tras su paso por la capital mexicana, las cenizas del artista regresarán a Juárez de manera permanente, por petición del propio cantante.
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