¡Pasó un calvario!
Habla la actriz del cáncer que le detectaron en su dedo por una manicura realizada con instrumentos sin limpiar
Ciudad de México
“Ni me amputaron el dedo, ni nada. Todo ha ido muy bien, va a quedar en el pasado, no hay dramas y todo está perfecto”, fue como Grettell Valdez comenzó a narrar el proceso que llevó para combatir el cáncer que amenazaba su salud, a través de un video en su canal de Youtube y que tituló 45 cosas buenas.
La actriz decidió hablar de su problema de salud y la cirugía que tuvo, porque revisando las notas de prensa que se han generado entorno a esto, se dio cuenta que se han creado rumores alarmistas y hasta gente que no tiene la menor idea de lo que pasó opinó de su caso; pero sobre todo para hacer conciencia de lo importante que es estar alerta de cosas que se consideran pequeñas y se dejan pasar, y al final terminan siendo algo de vida o muerte, como una manicura realizada con instrumentos sin limpiar.
“No hay mejor cuento de quien la vivió. Hace cinco años empecé a tener en mi dedo como unas llaguitas, no tomé mucha atención, esas llaguitas cuando me mojaba con agua caliente o fría se me hacían como de viejito y me dolían”.
Grettell explica que fue con dos dermatólogos, el primero le dijo que era una verruga, el segundo que un mezquino, en ambos casos los trató como lo indicaron y la llaga no desapareció, así que decidió dejarlo y durante un año no le prestó más atención, hasta que un día estoy en San Diego en casa de unos amigos le preguntaron qué tenía en la mano y cuando les explicó lo que le sucedía, le dijeron que no lo dejara y le recomendaron a su dermatóloga.
“Ella me dijo, ‘si ya te atendiste como verruga y como mezquino, lo optimo es hacerte una biopsia’; me saca un pedacito para la biopsia y resulta que sale cancerígeno, me asusté muchísimo, lo primero que hice fue marcarle a mi mamá, a toda la familia, preguntando si había cáncer en la familia y me dijeron que nadie. Me asuste mucho, es un cáncer de Bowen, (la dermatóloga) me dijo”.
Recuerda que estaba aterrada al salir del consultorio después de escuchar el diagnóstico, así que a la primera que le marcó fue a Victoria Ruffo, quien la tranquilizó y hasta acompañó a ver al especialista; consuelo que le duró poco porque el oncólogo les planteó el peor panorama para la cirugía que ella iba a necesitar, diciéndole que iba a perder su dedo, que necesitaba hacerle un injerto tomando piel de uno de sus glúteos, pero no le aseguraba que fuera a resultar.
“El proceso sí era así pero a mí me asustó muchísmo y a Vicky también, entonces salí corriendo y fui con otro doctor. Al final me operé con un cirujano maravilloso, que no me tuvo que sacar un injerto de la ‘pompi’ sino del mismo dedo, me erradicó todo el mal y pegó el injerto perfectamente”.
La preocupación de Grettell con el procedimiento, es que padece cicatrización queloide, es decir, sus heridas sanan con una cicatriz gruesa y elevada, así que no quería quedar con muchas marcas en su cuerpo si es que sacaban el injerto de sus glúteos, pero no fue necesario.
Valdés explicó que si bien no le amputaron su pulgar, sí tuvieron que cortar una cuarta parte de la uña y toda la yema, por lo que su huella digital desapareció.
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