China se prepara a conquistar el lado oscuro de la Luna
Este 2016 realizará el lanzamiento de la nave tripulada Shenzhou 11, cuyo objetivo será acoplarse con el laboratorio espacial Tiangong 2
Shanghai
China planea enviar en el 2018 la primera sonda espacial al lado oscuro de la Luna, mientras que este año contempla reanudar las misiones tripuladas.
La nave estudiará las condiciones geológicas del lado lejano de la Luna, dijo Liu Jizhong, jefe del Centro de Exploración Lunar de la Administración de la Industria de Tecnología y Defensa, citado por la agencia china de noticias Xinhua.
El futuro programa espacial chino prevé cinco tipos diferentes de misiones: viajes a la futura estación espacial que está construyendo —llamada Tiangong y que debería estar operativa a mediados de la próxima década—, a los puntos de Lagrange, a asteroides en una órbita cercana a la Tierra, a la Luna y a Marte.
Para los viajes a la Luna y a otros destinos en el espacio exterior, China se plantea misiones que no cuenten con más de cuatro astronautas mientras que las misiones a la órbita terrestre podrán transportar hasta a seis personas, que será el número máximo de tripulantes que podrá albergar la estación espacial Tiangong.
La Corporación Aeroespacial de Ciencia y Tecnología de China indicó que este 2016 se realizará el lanzamiento de la nave tripulada Shenzhou 11, cuyo principal objetivo será acoplarse con el laboratorio espacial Tiangong 2, que también se pondrá en órbita en 2016.
China ha conducido hasta el momento cinco misiones tripuladas, la primera de ellas en el 2003 y la más reciente en el 2013, con las que han sido lanzados al espacio 10 astronautas (ocho hombres y dos mujeres).
Las dos últimas misiones llegaron al primer laboratorio espacial chino, el Tiangong 1, que ahora será reemplazado por una segunda versión, como parte del programa chino para establecer una estación espacial permanente alrededor de la Tierra a partir del 2018.
En 2016, China tendrá una cifra récord de 20 misiones espaciales, subrayó la corporación estatal china, que también destacó que en dos de ellas se probarán por primera vez los cohetes propulsores de fabricación local Larga Marcha 5 y 7.
En función del tipo de misión, la nueva nave espacial china podría estar en órbita hasta dos años, acoplada a la estación, o hasta 21 días si no estuviera aparcada en el espacio junto a otro vehículo.
Las nuevas naves chinas se lanzarán desde dos cohetes diferentes. El CZ-7 y el CZ-5, también conocidos como Larga Marcha 7 y Larga Marcha 5, están en construcción y se espera que se puedan utilizar a partir de 2016. El primero tiene una carga de 14 toneladas mientras que el segundo podrá elevar hasta 25.
China también pondrá en órbita dos nuevos satélites para el sistema de navegación chino Beidou, un sistema similar al GPS estadunidense, y uno que se sumará a la red de observación terráquea Gaofen.
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