Meteorólogos investigarán a fondo evolución de El Niño
Expertos estadunidenses comenzaron a estudiar ese fenómeno climático que causa estragos a nivel mundial
LONDRES.
Con miras a conocer cómo evolucionan los eventos que causa El Niño y mejorar las previsiones meteorológicas para prevenir tragedias, expertos estadunidenses comenzaron a estudiar ese fenómeno climático que causa estragos a nivel mundial.
Los especialistas en clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos emprendieron esta semana una amplia investigación en la región tropical del Océano Pacífico, corazón de El Niño.
Durante los dos meses siguientes, los investigadores monitorearán la región en cuestión, utilizando aviones equipados especialmente para ello, un barco dotado de los instrumentos necesarios y cientos de globos meteorológicos.
El Niño está asociado al calentamiento del océano, de hecho este año se pronosticó que sería uno de los más fuertes de la historia ya que las temperaturas se han elevado hasta tres grados centígrados por arriba de lo normal en las partes central y oriental del Pacífico.
Ese calor activa la convección en la atmósfera que desvía las principales corrientes de aire y a menudo envía tormentas fuertes hacia California y una desecación hacia el sureste de Asia, Australia y al este de América del Sur.
Aunque los científicos conocen este fenómeno, tienen pocos datos sobre los cambios atmosféricos que se producen en la región donde nace El Niño, ya que el remoto Pacífico tropical es “esencialmente un agujero negro meteorológico”, refiere un artículo de la revista Nature.
“Estamos viendo un estado de clima extremo, que sabemos que tiende a producir condiciones climáticas extremas en todo el mundo”, afirma Randall Dole, científico principal del proyecto y meteorólogo de NOAA en Boulder, Colorado, y añade “vamos directo al corazón de eso”.
Para la investigación, la NOAA envió ya a su avión Gulfstream-IV a Hawai, base desde donde se prevé que efectuará unos 20 vuelos al sur, hacia el Ecuador este mes.
Con el equipo de teledetección y las radiosondas -paquetes de instrumentos que serán lanzados desde el aire-, los investigadores medirán los vientos, la temperatura, la presión del aire y la humedad a una altura de mínima de 12 kilómetros sobre la superficie del océano.
En febrero próximo, aviones no tripulados Global Hawk de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) se unirán al esfuerzo y recorrerán la parte oriental del Pacífico en cuatro vuelos de 24 horas cada uno.
Al mismo tiempo, la NOAA lanzará paquetes de instrumentos en los globos meteorológicos en Kiritimati, o Isla de Navidad, cerca del Ecuador; mientras que el buque de investigación recogerá datos durante un recorrido planeado por el Pacífico central.
La investigación, cuyo costo se estima en cerca de tres millones de dólares, fue planeada el año pasado cuando el calentamiento del océano cobró fuerza, ofreciendo una “una rara oportunidad de recoger las primeras mediciones atmosféricas detalladas de El Niño”, explica Dole.
Debido a esto, la NOAA apresuró los esfuerzos en sólo unos meses, en lugar de los habituales dos o tres años que por lo general se necesitan para montar un gran proyecto de campo en materia meteorológica.
La agencia aprovechó recursos no utilizados gracias a que el fenómeno climático propició pocas tormentas tropicales en el Atlántico el año pasado y a que la temporada de huracanes fue tranquila, por lo que sus aviones efectuaron pocos vuelos para recopilar datos.
“Hemos hecho esto en gran medida mediante la reasignación” de recursos refiere Dole a Nature, “estamos trabajando con el presupuesto existente y cambiando todo a su alrededor”, agregó.
La información recogida en los próximos meses podría rendir dividendos a largo plazo para los investigadores de El Niño, dice el experto y asegura que “si lo hacemos así, tendrá un impacto en nuestra comunidad durante los próximos 10 o 20 años”.
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