El Vampiro de Düsseldoft

La vida criminal de Peter Kürten continúa bajo el estudio de profesionales en criminología, sociología y psicología.

Aunque los homicidios los cometió hace 100 años.

Sus crímenes dieron inicio a varias carreras en criminología y también al desarrollo de estudiar el comportamiento de un asesino en serie.

Peter Kürten tuvo una vida muy difícil desde que nació. Fue el tercero de 13 hermanos de una familia muy pobre originaria de la población de Mülheim, Alemania.

Su padre era un alcohólico y violento. Varias veces golpeó a su esposa en presencia de los hijos. También violó a sus hijas, igualmente en presencia de los hijos.

A la edad de 8 años escapó de su casa y vagó por la ciudad. Fue fácil que cayera en la delincuencia, aunque cometía robos menores, casi siempre comida.

Pero a los 9 años cometió sus primeros homicidios. Ahogó a dos amigos de la misma edad en un río Rin.

No fue encarcelado ni culpado por los crímenes que cometió. Probablemente nadie se enteró.

Pasó su adolescencia cometiendo robos y pasaba un tiempo en la cárcel.

Fue contratado como cuidador de perros y en esta etapa nació su deseo de torturar, inclusive violar y matar perros abandonados.

Sus tendencias violencias fueron creciendo mientras crecía de edad. 

Así que una ocasión entró a robar a una casa que pensó estaba sola, pero había una niña de 13 años durmiendo.

Kürten no pude frenar sus deseos criminales y asesinó a la niña. Eso ocurrió en 1913. No fue encarcelado por este delito.

Como en Europa empezó la Primera Guerra Mundial, el sistema judicial estaba muy ocupado en otros asuntos y aunque Kürten fue denunciado por abuso sexual, no se le condenó severamente.

Increíblemente, Kürten tuvo un matrimonio con una mujer que gozaba de buena fama y se establecieron en la ciudad de Düsseldorf.

En 1925, cometió otro homicidio, en esta ocasión fue a una niña de 8 años, a quien apuñaló y vivió su sangre. 

El crimen no se resolvió en ese año, tuvieron que pasar otros cuatro años, en 1929, para que Kürten atacara otra vez y en esta ocasión nuevamente fue una niña de 8 años, el crimen fue el 8 de febrero.

El 23 de agosto del mismo año, mató a dos hermanas de 5 y 14 años y en septiembre a una mujer con un martillo y en noviembre, mató a una niña de 5 años y envió a un periódico local un mapa para informar donde estaba el cuerpo.

Los crímenes pusieron a la ciudadanía en estado de alerta y de psicosis. Aunque aun no se sabía sí era el mismo asesino.

Aún sabiendo que los crímenes eran investigados, Kürten decidió cometer otro crimen, pero esta ocasión tuvo un error: dejó a su víctima con vida.

Era una empleada doméstica que fue presuntamente estranguló, pero sólo se había desmayado y al recobrar el sentido acudió a la Policía a denunciar la agresión.

Es quizá la primera ocasión que se tiene registro de que se utiliza el sistema de retrato hablado realizado con la descripción de la víctima.

Con la imagen distribuida en Alemania y toda la policía alemana en la búsqueda de un asesino se inició una cacería humana. También se tiene registro en que toda una corporación policiaca nacional persigue a un mismo criminal.

Es quizá el primer asesino mediático de la historia.

Por fin, la Policía logró su captura y Kürten no opuso resistencia, se entregó a las autoridades y reveló los detalles de sus crímenes.

Cuando se realizó la detención se estrenó la película “M, el vampiro de Düsseldorf”, del director Fritz Lang.

Es también un hecho histórico en que se estrena una película para denunciar una serie de crímenes contemporáneos.

Era la época del inicio del cine como medio masivo de comunicación.

Obviamente el juicio y posterior ejecución de Kürten fue seguido por los medios de comunicación.

Otro de los hechos históricos, es que Kürten es uno de los primeros asesinos que tiene admiradores e imitadores y la Policía tuvo que analizar caso por caso para clasificar cual crimen realmente fue cometido por Kürten o por un imitador.