La mata viejitas
La Ciudad de México se conmocionó con una serie de asesinatos a mujeres de la tercera edad. El caso provocó amplias criticas al Gobierno de la Ciudad de México
Los conductores de TV Azteca están sorprendidos al revelarse la identidad de La Mataviejitas.
No lo creía. Se trataba Juana Dayanara Barraza Samperio, quien en una ocasión fue entrevista por reporteros deportivos porque constantemente era vista en la Arena México apoyando a luchadores de lucha libre.
Increíblemente, Juana Barraza también se dedicó a la lucha libre y utilizó el seudónimo de La Dama del Silencio.
Pero también vendía palomitas en la arena.
Juana nació el 27 de diciembre de 1958 en la ciudad de Pachuca de Soto. Tenía conocimientos de enfermería y durante su interrogatorio se descubrió que era adoradora de la Santa Muerte.
Sus crímenes los cometió desde los años 90 hasta principios del 2006.
Se estima que cometió entre 42 a 48 homicidios, todas a mujeres mayores, por eso su apodo de La Mataviejitas.
Su modus operandi era sencillo. Seleccionaba a sus víctimas, todas ancianas que vivían solas.
Las mató a golpes o con algún cuchillo. Algunas las estranguló. Se sabe que algunas víctimas sufrieron abuso sexual. Siempre vestía de rojo.
El procurador Bernardo Bátiz fue duramente criticado por la prensa.
En un afán de justificación, el Procurador Bátiz aseguró que el criminal era muy inteligente. En ese momento se pensaba que era un hombre el responsable de las muertes en serie.
Se investigó entre prostitutas y travestis, pero no encontraban ninguna pista que los llevara con el criminal. También se creyó que se trataba de varios hombres o una banda criminal.
Entre las hipótesis que se tenía es que se creía que el criminal era un hombre que se vestía como enfermera para engañar a sus víctimas. Vestida de enferma se hacía pasar como empleada del Gobierno del Distrito Federal para ofrecerles programas de ayuda a mujeres de la tercera edad.
Se había iniciado una cacería, pero se seguía pensando de que se trataba de un hombre y luego se anunció de que eran dos.
También se puso atención que tres de las víctimas tenía una reproducción de una pintura del siglo 18, Niño en Chaleco Rojo, del artista francés Paul Cézanne.
Uno de los testigos dijo que el responsable tenía una bolsa roja y otro dijo que vestía de rojo. Se seguía creyendo que era un hombre y se aventuró a decir que tenía doble personalidad.
Pero por fin la Policía andaba con suerte. El 25 de enero del 2006 se arrestó a una persona sospechosa que huía del hogar de la última víctima: Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años, quién murió estrangulada con un estetoscopio y apuñada con un cuchillo militar.
Los policías que hicieron el arresto fueron los primeros sorprendidos porque se trataba de una mujer y no de un hombre como el responsable de los crímenes.
La prensa comenzó a llamar a Juana Barraza como La Mataviejitas. Se descubrió en archivos de la televisión que constantemente iba a la lucha libre.
Aficionados a la lucha libre y los propios luchadores estaba igualmente sorprendido al saber que había saludado y convivido con una asesina sin saberlo.
En el momento de su detención, Juana tenía 48 años. Su rostro se asemejó mucho a un retrato hecho en arcilla y que circuló por televisión y prensa escrita buscando ayuda de los ciudadanos.
Juana confesó sólo tres homicidios y negó ser la responsable de muchos otros homicidios.
Los investigadores descubrieron que Juana tenía una conducta criminal originada en su infancia, ya que sufrió violación, además de tener una madre alcohólica y una ocasión accedió a que tres hombres tuvieran relaciones con una de sus hijas a cambio de alcohol.
Actualmente esta encarcelada en el penal de Santa Marta Acatitla sentenciada a 759 años de prisión por 17 homicidios y 12 robos.
DEJA TU COMENTARIO