Ahondan la herida

Foxborough, EU

Pues simplemente la revancha para los Halcones no llegó anoche ante los Patriotas.

El equipo campeón se enfrentó de nuevo a Atlanta tal como lo hiciera en el Súper Tazón anterior en que los Halcones dejaron ir una ventaja de 25 puntos para sucumbir en lo que pudo haber sido su primer título en la NFL al caer 28-3.

Y pues anoche, entre la neblina que azotó a la ciudad y unos Halcones perdidos, apareció de la bruma el mariscal de Nueva Inglaterra, Tom Brady para lanzar dos pases de anotación y llevarse la victoria (otra vez) 23-7 frente a Atlanta.

Ayer, los carteles y las camisetas con la marca de 28-3 estuvieron presentes en el Gillette Stadium y sus alrededores.

El duelo dominical no fue precisamente un Super Bowl. De hecho, ni siquiera fue un súper partido. Los Patriotas simplemente juguetearon con un equipo que lució intimidado. 

Y el ánimo festivo de los locales se fortaleció luego que Nueva Inglaterra (5-2) anotó los primeros 23 puntos. Los emplumados (3-3) no tuvieron que esperar tanto ahora para desmoronarse. 

Brady no perdonó la tibieza de los Halcones. Los Patriotas combinaron acarreos y pases para controlar el reloj y la posición en el campo. Y su defensa, ubicada en los últimos lugares de la liga durante seis semanas, apagó al quinto mejor ataque de la NFL. 

Brady lanzó un pase corto y por debajo del brazo a Brandin Cooks. El receptor recurrió a su velocidad para colarse hasta el rincón izquierdo de la zona prometida. 

El otro envío de anotación fue de dos yardas, a James White, quien logró tres touchdowns en el Súper Domingo, incluido el decisivo. 

Atlanta dio tan mal partido que incluso Matt Bryant, usualmente fiable, vio bloqueado un intento de gol de campo. Luego, estrelló una patada de 36 yardas en un poste. 

Stephen Gostkowski no tuvo problemas para enviar goles de campo de 29, 21 y 38 yardas a través de la niebla hacia Nueva Inglaterra.