Ante adversidad comerciante pone buena cara
Invidente se gana la vida vendiendo dulces, ante la indiferencia de algunas personas que los hacen menos
Desde hace más de ocho años, Rubén Carrizales, invidente, vive sin empleo, vendiendo solamente dulces en la zona centro: con lo que gana tiene que pagar los servicios básicos, alimento y lo que alcance.
En la calle peatonal vende cigarros, cacahuates, frituras de maíz, cicles, cacahuates salados naturales y con chile.
Pese a las inclemencias del tiempo, haga frío o calor como en esta canícula, llega a su lugar y se sienta cargando su caja con la leyenda “tengo discapacidad, apóyame comprando”.
A la semana logra sacar alrededor de mil a mil 500 pesos, ya con toda la inversión, de eso vuelve a sacar para comprar más dulces, aunque también hay semanas en las que no saca casi nada.
“Hay muy poca gente en estos días, hay días buenos y hay días malos, no hay una cifra exacta, de este negocio depende mi esposa y yo, mi esposa también trabaja en una universidad de recepcionista, ella también tiene discapacidad, anda en silla de ruedas”, dijo.
La familia tiene casa propia y pagan todos los servicios, alrededor de 500 pesos de electricidad, 150 al mes de agua, además de la despensas y médico cuando lo requieren.
Explica que desde hace cuatro años atrás empezaron las bajas ventas, quizá a la inseguridad o por la misma competencia de otras personas que también venden: el domingo es cuando hay más gente y puede lograr más venta.
“En lo que cabe a veces si me va bien, pero otros no, ahorita por el calorón que hace no vienen mucho y andan de vacaciones, está muy calmada la venta, ahorita ya hay mucha competencia, hay gente vendiendo dulces, hay veces que no hay nada”, expresó.
Rubén no sabe como explicar las situaciones que ha vivido, comenta que cuando su esposa lo ha acompañado a vender, se percata que parejas o ciudadanos, ven que vende, pero prefieren comprarle a otra persona más adelante que no tiene discapacidad, pero vende lo mismo que el.
“La gente a veces tiene un poquito de miedo, no se, nos pasan de largo, prefieren comprarle a otra persona que no tenga discapacidad, me ven y no me compran y van y le compran a otra persona que vende lo mismo, no se porque, si vendemos lo mismo, a lo mejor es el temor de acercarse a uno o que no lo vamos atender bien”, expresó.
PESE A TODO
De acuerdo a la organización Impunidad Cero, En México, sólo el 39.1 por ciento de las personas con discapacidad tienen empleo y ganan 33.5 por ciento menos que el resto.
Cinco de cada 10 discapacitados no posee prestaciones y 15% no recibe remuneración, así lo informó Éntrale.
DEJA TU COMENTARIO