Provocan bruma y caída de ceniza

En los recientes días, se ha presentado nuevamente el fenómeno que año con año, propician productores de caña del Valle de Texas, la llegada de restos de incineración de rastrojo en el país vecino, la cual deja consecuencias en la ciudad de Río Bravo y Villa de Nuevo Progreso.

Esta lluvia de los desechos convertidos en ceniza, mismos que no sólo tapizan calles, banquetas, techos de automóviles y demás superficies, sino que también manchan prendas de vestir en tendederos de los hogares, han sido un dolor de cabeza desde tiempo inmemoriables.

Viviendas y patios recién aseados y hasta a transeúntes que se conducen a pie a sus centros de trabajo con sus uniformes son los afectados, mismos que enfrentan estas molestias que son frecuentes cada que sopla el viento del norte, pues los restos incinerados manchas prendas y superficies difíciles de lavar.

También a la Villa de Nuevo Progreso, ha llegado este manto de humo, producto de la quema de cañaverales en Progreso, Texas. La combustión de esa vegetación en el límite de la frontera con nuestro País, no sólo causa afecciones a las vías respiratorias de los residentes, sobre todo de aquellos que viven en la zona más cercana al río Bravo o que padecen de enfermedades como asma, sino que en las horas que duran las incineraciones, por la bruma es imposible vislumbrar lo que existe a pocos metros de distancia lo cual eleva la posibilidad de accidentes automovilísticos.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no se han inconformado con estas prácticas que llevan más de medio siglo.

CAUSA DE ENFERMEDADES

No solo causa afecciones a las vías respiratorias de los residentes, en las horas que duran las incineraciones, por la bruma es imposible vislumbrar lo que existe a pocos metros de distancia.