Primera víctima de Cuaresma

Un joven de los llamados “chemeros” al despertar ayer, sintió la necesidad de darse un refrescante baño y así se lo hizo saber a la joven y su amigo que lo acompañaban en el convivio de la noche anterior.

Somnolientos Víctor Alejandro González y Jesse apenas le asintieron con la cabeza e inmediatamente se lanzó a las aguas del canal Anzaldúas, bajo el puente San Luis.

Ellos escucharon chacualeo, pero luego todo se tornó silencioso y ya no volvieron a ver a Ehiter, su amigo, pensaron que estaba jugando como acostumbraba hacerles bromas en ocasiones, ocultándose entre las ramas o soportando por minutos sin respirar bajo el agua.

“Pero esta vez se estaba pasando de la raya, era mucho el tiempo y empezamos a preocuparnos. Le gritábamos por su nombre y no nos contestaba, no quisimos aventarnos al agua por temor, pero pedimos auxilio a los bomberos que por ahí pasaban”, dijo Jesse.

Elementos de una cuadrilla de rescate acuático, sin lancha y provistos solamente de unos cordones de nylon y unos ganchos metálicos, empezaron a trabajar, mientras sus compañeros arribaban con la lancha para rastrear por mayor tramo.

Nadando uno de los rescatistas llegó hasta unos muros del puente, desde donde arrojó varias veces los ganchos con los que contaba como única herramienta, por el momento.

Luego llegó la lancha, pero no hubo necesidad de desplazarla hasta el agua, porque los rescatistas con su rudimentario equipo habían logrado “ganchar” el cuerpo y traerlo a la orilla donde esperarían el arribo de agentes investigadores de la PGJE, así como peritos y personal del SEMEFO para la práctica de las diligencias previas al levantamiento del cuerpo.

Jesse dijo que “ya nos había hecho una broma, porque se metía en la orilla y nadaba y salía hasta el otro extremo, desde donde nos gritaba riéndose”.

Pero esta vez se metió al agua y ya no salió con vida, lo sacaron los bomberos, pero muerto. Es la primera víctima del año en la segunda semana del tiempo cuaresmal, y en los primeros días calurosos.