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Durante años el padre fue visto como el único proveedor de la familia, un hombre fuerte, sin sentimientos y alejado de las cuestiones de crianza de los hijos. Pero fue alrededor de la década de los 70, que se cuestionaron sobre su papel en la familia.

Para la doctora Columba Sánchez Martínez, profesora investigadora en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG y quien se especializó en educación perinatal en Guadalajara, comparte que dentro de sus actividades estaba invitar a los hombres a participar en el embarazo de las mujeres con tendencia a que se agregaran desde el inicio de la familia.

“Lo que vimos en esa tarea durante años fueron intentos y acercamiento con cierta timidez hacia la mujer, hacia los aspectos del embarazo, del nacimiento; en muchos estaba la incógnita de “qué voy a hacer ahí”. Los hombres que participaron en el nacimiento de sus hijos tuvieron otra concepción, fueron desarrollándose emocional, mentalmente, pero a parte de esto tenían sentimientos y entonces se les daba recomendaciones educativas para que tocaran al bebé, lo cambiaran, participaran, junto con sus esposas, en el amamantamiento”, dice Sánchez.

Este tipo de sensibilización influye, aunado al desarrollo de la tecnología y las redes sociales, para que el padre se involucre más. Ahora, padre y madre hacen un esfuerzo para crear las condiciones, según las creencias familiares, en cómo sostener a la familia y fomentar conductas sanas en los hijos.

“Ya es una realidad que los hombres por sí solos piensen acerca de su papel, incluso mucho antes de que nazcan los hijos; creemos que todavía hay grupos que se mantienen con cierta dificultad para dar cambios y hombres que todavía piensan que no tienen nada que hacer ahí, pero es una mayoría de hombres que permite tener sentimientos más cercanos en todos los niveles con sus hijos”, comenta Sánchez.

IMPORTANCIA DEL PADRE

Hay tres factores principales en el proceso de socialización: la influencia de los contextos, las necesidades del niño y las capacidades parentales (actualmente llamada competencia parental, es decir, las capacidades, habilidades y recursos que tanto el padre como la madre tienen).

“Esto se convierte en un entorno estructurado, según las teorías psicológicas, el que va a dar lugar para crear una tradición de valores, normas, rutinas, de hábitos, lo que es la organización familiar. Creo que los padres que están solos no se les debe de ver con lástima, como que está solito y tiene una carga de criar a los hijos; parte de esto ha sido resultado de educaciones sexistas y desiguales”, explica Sánchez.

Los niños que lavan los platos o barren su cuarto, en un futuro no lo verán como una debilidad, al contrario, serán hombres que desarrollarán habilidades. Una educación igualitaria les dará la oportunidad de hacer lo que mejor puedan en su paternidad pensando en la importancia de los vínculos afectivos, de ser más cálidos.

En la experiencia de la doctora Columba, los hombres muestran interés por los temas de psicología, hablan de crear espacios de escucha y de educar sin violencia.

“Los padres tratan de tener nuevos aprendizajes, de ir a las escuelas de padres para aprender a reconocer el valor de los hijos e hijas”, dice Sánchez.

Actualmente, la personalidad como nueva masculinidad ya está reconocida en diferentes partes del mundo, de papás que pasean y cargan a sus bebés. Es necesario, dice Sánchez, que los papás casados, solteros, divorciados o viudos vivan la experiencia máxima, pues la crianza de sus hijos es un camino de oportunidades que ha estado vedado por mucho tiempo para los hombres, pero que con ello está haciendo historia. 

RECOMENDACIONES

- Aproximadamente el 79 por ciento de los hogares en Jalisco está integrado por padre y madre, pero cuando se encuentran algunos monoparentales tienen una ventaja, muchos no se fijan, pero a veces hay hogares donde las parejas no saben hacer equipo, la ventaja es que no tienen este problema, ellos tienen la dirección y donde deben hacer equipo es con los hijos.

- Una presencia fuerte, de valentía, de seguridad, no es sólo propiedad de las mujeres, pero en algunos matrimonios se privilegian estas cualidades al hombre, entonces en los hogares monoparentales se debe aprovechar esas ventajas que por años se les ha concedido a los hombres.

- El papá debe hacer las pases con el tiempo, es decir, disfrutar de la compañía de sus hijos. En los hogares monoparentales se busca la perfección, piensan que es necesario dos, pero uno solo puede hacerlo.

- Hacer equipo con la familia, saber delegar y pedir ayuda. Recomendable tener una agenda de organización familiar.

- Levantar la mano como papá soltero, viudo o divorciado y no sentirse ni hacerse invisible.

- Presumir si se fue criado sólo por el padre.

- No avergonzarse de demostrar los sentimientos.