Apunta a un 2025 de logros
La mejor tenista mexicana de la actualidad atesora sus inicios en el deporte y los méritos que la tienen en la élite mundial
Ciudad de México
Cuando era niña, Renata Zarazúa no jugaba por los premios o el ranking, sólo por la pasión de empuñar una raqueta.
Y ahora, a sus 27 años, está convertida en la mejor tenista mexicana de la actualidad por méritos como competir en los cuatro torneos de Grand Slam en una misma temporada, haber llegado al Top 50 del mundo y ser la primera tricolor en jugar en la pista central de Wimbledon, la catedral del deporte blanco.
Mismos méritos que le permiten arrancar el 2025 como la máxima figura del tenis nacional en el cuadro principal del Abierto de Australia y antes incursionar en el torneo de Brisbane.
Aunque está peleando en la élite -en la naciente campaña enfrentó el lunes en Brisbane a Aryna Sabalenka, la número uno del mundo-, Renata atesora sus inicios en las canchas.
"Era más relajado el tenis (en la infancia), quizá no te concentras tanto en ganar y ganar, era más de ir a luchar; eso es increíble y ojalá pudiera volver a esos tiempos de que el dinero y el ranking no eran de tanta importancia", confiesa Zarazúa, quien inició en este deporte a los 5 años.
"Desde chiquita fui muy competitiva y siempre me gustaba ganar y ganar, siempre cuando pierdo o hay una derrota me cuesta mucho y siempre le preguntaba a mi papá cómo ganar un título porque quería hacerlo algún día".
Sus logros de la temporada pasada recuerdan a lo que hizo Angélica Gavaldón en la década de los 90 del siglo paso, y son tan inusuales que tuvieron que pasar tres décadas para que hubiera una mexicana dentro del Top 100 y con boleto directo al Abierto de Australia, su quinto Grand Slam al hilo y el sexto en su carrera.
"Siempre lo crees y lo confías, pero nunca te puedes imaginar o asegurar que te va a ir bien, estoy muy contenta por esto", reflexiona.
Su padre, José Luis Zarazúa, ha presenciado en primera fila la historia de su hija, que en 2024 levantó un título en Charleston y otro en Templeton.
"Es una persona muy importante para mí, siempre ha estado ahí en las buenas y en las malas, al final puedes tener un entrenador y a mucha gente, pero tener a tu familia y alguien que te conoce bien te aporta más".
Sus amistades la recuerdan por compensar falta de altura ante rivales más altas. Esa garra la sigue acompañando en la cancha.
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