En plan estelar

Ciudad de México

Por primera vez en 13 años de trayectoria, Sergio Pérez logró subir al podio en el Gran Premio de Hungría.

En un circuito donde es casi imposible adelantar y con un historial de resultados desafortunados, el mexicano demostró que cuando se enfoca en un objetivo y tiene el balance adecuado en su monoplaza es capaz de resurgir desde la novena posición.

La apuesta de dos paradas en pits para la transición de neumáticos duros a medios y nuevamente a medios, surtió efecto rápidamente.

Para la vuelta 19, el mexicano ya estaba dentro del top 3 al beneficiarse de las múltiples entradas a boxes.

Y aunque en su reincorporación al Hungaroring cayó un par de lugares, con la velocidad del RB19 se recuperó pasando al Ferrari de Carlos Sainz Jr., al Mercedes de Lewis Hamilton y al McLaren de Oscar Piastri.

"Fue (una carrera) difícil, especialmente al empezar con el compuesto duro. Inicialmente se sintió muy poco agarre, pero solo debía seguir adelantar, ya sabes, hubo momentos en los que básicamente solo teníamos una línea porque había mucha goma y estábamos dañando mucho los neumáticos. Así que no fue fácil adelantar", aseguró Pérez.