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De suicidio a feminicidio

Según la abogada de la familia de la víctima, la Fiscalía de Quintana Roo reclasificará el caso

  • Por: EL PAÍS
  • 08 MARZO 2023 - .
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Agostina Jalabert, la modelo argentina asesinada en Quintana Roo (México).

Ciudad de México

Era el último fin de semana que Candela Jalabert pasaba en Playa del Carmen. La joven había aprovechado las vacaciones de Navidad de la universidad para salir unos días de Patagones, un municipio ni muy grande ni muy pequeño, en la periferia de la provincia de Buenos Aires. Su hermana, Agostina, llevaba desde septiembre en Quintana Roo, buscándose la vida como modelo, así que Candela viajó al Caribe mexicano para reunirse con ella. Todo parecía ir bien hasta que, unos días antes del regreso de Candela a Argentina, Agostina descubrió que su pareja, Juan Manuel Reverter, con quien convivía, le había sido infiel. El ambiente se tensó. El viernes 17 de febrero, Candela salió de fiesta con un grupo de amigos para despedirse. Cuando volvió a la casa encontró a su hermana ahorcada con un cinturón al toallero del lavabo.

El cadáver de Agostina Jalabert (31 años) estaba colgado a poco más de un metro de altura, con signos de violencia —de acuerdo con su familia— y con su pareja en el lugar de los hechos. Sin embargo, la policía lo trató como un suicidio y dejó ir a Reverter, que ahora se encuentra en paradero desconocido. Su familia no tuvo dudas. Desde el primer momento defendió que la muerte de la modelo se trataba de un asesinato. Este lunes, consiguieron que la Fiscalía les diera la razón y después de dos semanas abandonaran la tesis del suicidio y comenzara a investigar el caso como un feminicidio, explica Betina Teuly, la abogada de los Jalabert.

"Todo se empezó a teñir de más sospechas, vimos una situación con aristas oscuras que no cerraban. Estábamos muy desamparados, la Fiscalía mexicana había pasado por alto un gran número de elementos", protesta Germán Jalabert, tío de la joven. "De la autopsia surgen elementos que muestran que hubo lesiones previas, elementos que parecen hasta de tortura. Tenía golpes en la cabeza, el labio, quemaduras de cigarrillo y también en lo que respecta a lo sexual, que darían a entender que estamos en presencia de un abuso previo", continúa.

PASABA ALGO RARO

Cuando aquella madrugada del 18 de febrero, Candela Jalabert volvió a casa, la primera pista de que algo raro estaba pasando se la dio el guardia de seguridad del edificio. El hombre le comunicó que la policía había acudido al departamento de su hermana dos veces durante la noche, alertada por una pelea. Ella, asustada, corrió a la puerta, que funcionaba con una contraseña numérica para abrirse, pero la encontró trabada. Comenzó a llamar a golpes, al timbre, hasta que apareció Reverter, que le preguntó dónde estaba Agostina. Candela se puso nerviosa: se suponía que su hermana estaba con él. Entonces escuchó que la perra que vivía con ellos se movía por el baño de una de las habitaciones. Al seguir al animal halló a su hermana muerta. Entre el hombre y ella llevaron el cuerpo al salón e intentaron reanimarla, pero ya no había nada que hacer.

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