Familiares los despiden con música
Con banda y flores, fueron velados Wilberto Mata Estrada y Alejandro Trujillo que murieron la madrugada del domingo cuando militares presuntamente dispararon contra la camioneta en la que viajaban
Nuevo Laredo, Tamps.
Con música de banda y coronas de flores, familiares de Wilberto Mata Estrada y Alejandro Trujillo, ambos de 24 años, fueron velados en capillas en la Funeraria Valdez, en Nuevo Laredo, y este jueves serán sepultados en el panteón Jardín de los Ángeles.
Ellos son dos de los cinco jóvenes que murieron la madrugada del domingo en esta ciudad fronteriza cuando elementos del Ejército presuntamente dispararon contra la camioneta en la que viajaban después de salir de una discoteca.
Otro de los jóvenes, Luis Gerardo "N", de 22 años, permanece grave en un hospital privado con al menos dos impactos de bala. Alejandro Pérez resultó ileso.
En la funeraria, los familiares y amigos, que vestían playeras con la imagen de Wilberto y de Alejandro, no permitieron el acceso a medios; varios de ellos comían en platos desechables mientras llegaban músicos de banda norteña.
Uno de los asistentes, que omitió dar su nombre, dijo que exigen justicia y que los familiares realizaron una denuncia por homicidio ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas.
Señaló que están cansados de que estos hechos se repitan y por eso la gente les teme a los militares.
LOS PRIMEROS ENTIERROS
La mañana de este miércoles tuvieron lugar los entierros de las otras tres víctimas.
El primero fue Gustavo Ángel Suárez Castillo, ciudadano estadounidense, quien fue trasladado a Hidalgo, Coahuila, donde fue sepultado. Por la mañana de este miércoles también fueron sepultados en el panteón Jardín de los Ángeles, de Nuevo Laredo, Gustavo Pérez Benítez y Jonathan Aguilar.
NARRA EL ATAQUE UN SOBREVIVIENTE
"Cuando ya salí de la camioneta, escuché que los militares decían, ´¡mátenlo, mátenlo!´ Me pusieron pecho a tierra. Luego aún escuché dos disparos más, y ya al rato vi a mi hermano tirado en el piso". Lo anterior es parte del relato de Alejandro Pérez, de 21 años, sobreviviente de la masacre de Nuevo Laredo. Cinco jóvenes murieron a manos de militares en la madrugada del domingo en la ciudad fronteriza, entre ellos su hermano, y uno más está en coma inducido en el hospital.
PÉREZ SE SALVÓ Y AÚN NO SABE POR QUÉ.
El joven explica que él y sus amigos fueron a una discoteca de la ciudad en la noche del sábado y cómo, a la vuelta, un convoy militar empezó a perseguirlos. Explica que una de las camionetas castrenses chocó contra la suya por detrás y cómo, acto seguido, los soldados empezaron a disparar. Asegura que ninguno de ellos disparó previamente. Es más, insiste, no llevaban armas. Dice que, tras los disparos, los militares se acercaron. "Alcancé a ver cómo un elemento le disparó a un compañero que ya estaba herido. Él pedía una ambulancia, pero un elemento militar le disparó de nuevo".
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