Ofrecen rescates cierto alivio entre devastación
Seis miembros de una familia que se refugiaron en pequeño espacio que se creó bajo escombros
Turquía
Los equipos de rescate sacaron el viernes a varios sobrevivientes de entre los restos de edificios que fueron destrozados por el sismo que azotó Turquía y Siria hace cuatro días y mató a más de 23.000 personas.
Entre los supervivientes había seis miembros de una misma familia que se refugiaron en un pequeño espacio que se creó bajo los escombros, un adolescente que bebió su propia orina para saciar su sed y un niño de 4 años al que se le ofreció una golosina para calmarlo mientras lo sacaban.
Pero la serie de dramáticos rescates —algunos transmitidos en directo por la televisión turca— no pueden eclipsar la devastación que el presidente de Turquía describió como una de las mayores catástrofes en la historia de su país. Barrios enteros de rascacielos han quedado reducidos a metal retorcido, hormigón pulverizado y cables expuestos, y el sismo de magnitud 7,8 ha causado ya más muertos que el terremoto y el tsunami de Fukushima, Japón, con muchos más cadáveres aún por recuperar y contar.
Cuatro días después de que el terremoto sacudiera una extensa región fronteriza en la que viven más de 13,5 millones de personas, los equipos de rescate sacaron a Adnan Muhammed Korkut, de 17 años, de un sótano en la ciudad turca de Gaziantep, cerca del epicentro del sismo. Llevaba 94 horas atrapado, obligado a beber su propia orina para sobrevivir.
"Gracias a Dios que llegaron", dijo, abrazando a su madre y a otras personas que se acercaron mientras lo subían a una ambulancia.
Para una de las socorristas, identificada sólo como Yasemin, el rescate de Adnan tuvo gran significado.
"Tengo un hijo como tú", le dijo después de darle un caluroso abrazo. "Te juro que llevo cuatro días sin dormir... Estaba intentando sacarte".
En Adiyaman, mientras tanto, los equipos de rescate sacaron de entre los escombros de su casa a Yagiz Komsu, de 4 años, 105 horas después del terremoto. Más tarde lograron rescatar a su madre, Ayfer Komsu, que sobrevivió con una costilla fracturada, según la televisora HaberTurk, que transmitió el rescate en directo.
Se pidió al público que no aplaudiera para no asustar al niño, al que se le dio una golosina, informó la cadena.
Familiares de refugiada Al-Ahmad en su sepelio.
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