Exigen madres correr a directora

Altamira, Tam.

Pese a que madres de familia recabaron unas 200 firmas de los padres de alumnos para destituir a la directora de la secundaria número 2 “Joaquín Contreras Cantú”, el Crede de Altamira lo desestima y suponen que pueden ser falsificadas.

Ana Lizbeth Torres, una de las madres inconformes, señaló que el Crede ha puesto en duda la autenticidad de las firmas recolectadas recientemente, las cuales buscan exigir transparencia en el uso de los recursos provenientes de las denominadas “cuotas voluntarias” y que, aparentemente, son mal administradas por la directora, Leticia Miranda Balleza. 

Además, señaló que se sienten decepcionadas de los malos perfiles que se colocan en este tipo de oficinas para la atención y seguimiento de problemas en las instituciones educativas, ya que para el Jefe del Crede, José Luis Cisneros Martínez, “nada es de su competencia”.

Cabe recordar que hace algunos meses una madre de familia expuso una denuncia en la que su hija sufría presunto acoso por parte del hermano de la directora, Sergio “M”, a quien, en efecto, no se le castigó, y aseguran seguirá frente a grupo en el próximo ciclo escolar. 

Otro grupo de madres de familia afectadas consideran apatía, influyentismo y manipulación de intereses entre la jefatura del Crede y la dirección de la secundaria, toda vez que los padres de familia tienen como primera opción presentar todas las anomalías registradas durante los últimos ocho años, directamente, al gobernador del estado en su próxima visita al sur de Tamaulipas. 

Además, para presionar a las autoridades educativas a que den solución a este conflicto, las madres están dispuestas a tomar las instalaciones de la secundaria “Joaquín Contreras Cantú” o trasladarse a la capital del estado para llevar sus quejas ante la Secretaría de Educación en los próximos días, hasta que remuevan a la directora, Leticia Miranda Balleza. 

Señalaron las mujeres que, en el Crede, el titular dudó de la autenticidad de las firmas, por lo que menciona una de las inconformes que no todos los padres de familia firmaron debido a que tienen miedo a las represalias.