Muerte de Andrés Juárez Lara no fue un accidente
Los hechos se registraron el sábado 30 de julio pasado, en un taller de un conocido sector del poblado Los Guerra
Cd. Miguel Alemán, Tam.
La investigación del caso relacionado con el lamentable fallecimiento del adulto mayor de nombre Andrés Juárez Lara, dio un inesperado giro de 180 grados, pues ahora resulta que no murió accidentalmente a consecuencia de una bala perdida, como se creía en un principio, sino que más bien fue víctima de un homicidio provocado por un objeto punzante.
A pesar del gran hermetismo de las autoridades ministeriales que tienen a su cargo las indagatorias, se logró establecer que agentes de la Unidad de Investigaciones estuvieron realizaron una serie de pesquisas para tratar de esclarecer el crimen, que sigue siendo todo un misterio.
Los hechos se registraron el sábado 30 de julio pasado en un taller de un conocido sector del poblado Los Guerra, pero en las primeras investigaciones las autoridades ministeriales y agentes de la Guardia Nacional llegaron a pensar que el hoy occiso había recibido accidentalmente una bala perdida, lo cual, al parecer, también habría resultado más conveniente para ellos, a fin de no tener que continuar con las indagatorias.
Sin embargo, posteriormente y con base a los resultados que arrojó la autopsia de ley correspondiente, se comprobó que Juárez Lara no perdió la vida por una bala perdida, sino que fue a causa de un objeto punzante, sin poder precisarse con exactitud con cuál, aunque podría tratarse de un picahielo o desarmador.
Fuentes fidedignas consultadas permitieron establecer que el cuerpo de Andrés Juárez no tenía ningún proyectil o esquirla de bala, por lo que no pudo haber fallecido por eso; en tanto que sí presentó una trayectoria de un objeto punzante, el cual, al parecer, le perforó un pulmón, pues presentaba un pequeño orificio un poco por debajo de la axila izquierda, lo cual también es indicativo que podría haber levantado el brazo para tratar de defenderse al momento de ser atacado, pero ya no tuvo ninguna oportunidad al estar sentado en un sillón, donde falleció y quedó inmóvil.
Extraoficialmente se logró saber que las autoridades ministeriales estuvieron investigando las semanas subsecuentes a un par de personas, entre ellos el dueño del taller y a su acompañante; no obstante, tuvieron que ser descartados como posibles sospechosos, pues pudieron comprobar que ellos ni siquiera estaban ahí al momento de los hechos, ya que vecinos testigos también aseguraron que ellos se habían ido a vender fierro viejo al depósito de chatarra ubicado en la curva de M. Alemán.
Por último, los agentes investigadores de la FGJ ahora tendrán que aplicarse mucho más para indagar a fondo y esclarecer este crimen que generó gran consternación entre la población, debido a que la víctima era una persona adulta ampliamente conocida como muy tranquila y quien no se metía con nadie; tan es así, que ni siquiera logró defenderse.
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