Debaten migración

A puerta cerrada se efectuó la tarde de ayer una reunión con autoridades estatales, de migración y de asociaciones civiles dentro del refugio Senda de Vida de Reynosa.

Información recopilada por La Tarde indicó que el principal objetivo fue el generar estrategias a corto plazo para mejorar las condiciones de estadía y alimento, en su proceso de cruzar a los Estados Unidos.

Pero también el tema de la seguridad, riñas que han ocurrido entre migrantes y el poco resguardo que tiene la mayoría de familias sobresalió. 

Datos oficiales indican que hay al menos 10 mil migrantes inscritos en las listas de asistencia, siendo haitianos y centroamericanos los que lideran los grupos poblacionales. 

Para garantizar que las autoridades tuvieran un acceso fácil al refugio, ubicado entre los límites del Rio Bravo, se colocó un cerco metálico y también se cerró la circulación sobre el Libramiento Luis Echeverria con elementos de tránsito. 

"La reunión es privada, solo están participando las autoridades, el tema es la migración, cómo hacer para mejorar las condiciones en las que están los miles de migrantes, también los que van llegando y los temas de seguridad", explicó personal. 

Hace unas semanas, personal del refugio Senda de Vida en conjunto con la asociación Derechos Humanos Internacional, presentaron un exhorto a las autoridades de los tres ordenes de gobierno para atender el tema de migración en Reynosa, al evidenciar que hay múltiples carencias de alimento, salud, vivienda, así como conflictos de seguridad. 

La reunión de ayer fue la primera en la que participaron autoridades del estado en conjunto con asociaciones desde que inició la pandemia. 

Mientras se desarrollaba en el interior, en los alrededores del refugio estaban los llamados de los migrantes.

 "Son muy poquitos los que tienen un lugar para dormir y comer, a la mayoría nos toca estar en la calle, dormir en una casa de campaña, soportar frío, calor, lluvia, los insectos, sin baños públicos, necesitamos auxilio", expresaba la comunidad. 

Las familias se quedaron en las orillas del cerco metálico observando a los funcionarios que iban ingresando.