¿Son reales las constelaciones familiares?
Una reflexión basada en una historia personal
Cada vez hay mayor conversación entre ese mundo científico y racional versus un mundo más vivido desde la experiencia que posibilitan otras herramientas terapéuticas que apuntan al trabajo de la consciencia. Las mismas que han sido tachadas de supersticiosas, de no tener ningún sustento científico que evidencie su eficacia. Entre ellas están las constelaciones familiares.
En este artículo quiero contarte toda la fuerza y potencia que acompaña a esta herramienta. Hablaré de ciencia y te contaré cómo funciona una constelación. Pero antes, me gustaría contarte de mi experiencia sobre cómo llegué por primera vez al mundo de las constelaciones.
Hace algunos años estaba pasando por una crisis, la segunda más importante de mi vida, la separación de la persona con la que estuve casada por aproximadamente cuatro años. La base de mi vida estaba comenzando a derrumbarse y no tenía muy claro qué estaba pasando ni a dónde iba con todo ese movimiento. En mi mente solo había dos opciones: dejar de lado todo lo que estaba sintiendo y luchar por esa relación, o regresar a mi país de origen. Ninguno de los dos caminos se sentía como el correcto, ser la hija o ser la novia-esposa.
Comencé a buscar en la historia de mi árbol familiar y me di cuenta que ninguna de las mujeres que fueron referentes para mí habían pasado por un proceso de independencia en el que ellas estuvieran a solas consigo mismas, por el contrario, habían sido las parejas o los padres las raíces alrededor de las que construyeron la vida. Pero para mí esa programación ya no tenía sentido, requería de nueva información para adentrarme a mi deseo, que era bastante incómodo, se sentía bastante imposible. Y tomó muchos meses tomar las acciones para darle rienda suelta a la decisión.
Mientras todo esto se estaba cocinando a fuego muy lento en mi cabeza, ya estaba adentrándome en el mundo de las constelaciones. Ahí reconocí ese patrón de relación de las mujeres de mi familia. También tomó sentido la migración, no era la primera que migraba por amor, ya había sucedido antes, no era la primera que por una pareja le apostaba a dejar todo por mantener ese vínculo.
Todo ello lo pude reconocer en mi proceso de formarme como consteladora; llegué ahí no porque sintiera un interés genuino en la herramienta, al inicio se me hacía súper raro y desconfiaba, mi mente racional no quería abrirse a esto, pero mi alma sentía que ahí había algo que explorar. Y entonces me lo permití, primero para mí, porque quería sanarme. Esa ha sido mi misión desde hace muchos años, quitar toda esa cantidad de basura que me separa de mis sueños, de la que anhelo ser y anhelaba ser en ese momento, y el universo en correspondencia trajo los maestros indicados para mostrarme ese camino.
A medida que iba reconociendo esos bloqueos y programaciones, la magia empezó a suceder me hice independiente económicamente, me fui a vivir sola, comencé a vivir de mi clínica particular, di ese salto cuántico, me arrojé confiando en mis herramientas, en que yo podía hacerlo y así fue, por eso hoy soy fiel creyente que las herramientas funcionan pero las tenemos que pasar realmente en el cuerpo para limpiar esas memorias que ni te alcanzas a imaginar hasta donde pueden llegar, traen consigo riquezas, incluso donde hay dolor, culpa y vergüenza, depende de nosotros cómo queremos resignificar eso.
Las constelaciones me permitieron recordar mi fuerza, mi poder personal, y me regalaron la posibilidad de hacerlo diferente, no ha sido fácil porque siempre habrá resistencia. Las constelaciones como herramienta terapéutica nos permiten sanar para tomar el control de nuestra vida. Vamos atrás no para quedarnos ahí si no para tomar la fuerza que nos proporciona el saber que no tenemos que repetir nada con lo que no estemos de acuerdo. El amor ciego hacia nuestros ancestros hace que no queramos crecer, que no queramos ganar más dinero. ¿Suena raro, verdad? Pero cuántas veces en tu vida no te has descubierto haciéndote menos en un trabajo, en una relación, solo porque no quieres perder ese lugar, porque no quieres sentirte la rara o la excluida y por eso te mantienes en esa dinámica ya conocida.
En este punto quiero introducirte en lo que entendemos por la palabra constelación. Esto tiene que ver con la colación de una cosa en un espacio, para el padre de las constelaciones Bert Hellinger, la herramienta nos permite acceder a la imagen que se conforma como producto de los vínculos y formas de relacionarse de un sistema familiar.
Para Freud, la palabra constelación abarca una cierta disposición psíquica, anímica, hereditaria que es inconsciente y que además conforma como una especie de guion o novela psíquica, que tiene ciertas palabras significantes. Es decir, algunos códigos que conforman la novela, los roles y las formas comportamentales que produce, de ahí la importancia de historizar un tiempo que ahora es un pasado pero que está en el presente.
Jung, por su parte, hizo un estudio con miembros de más de veinticuatro familias donde se recolectaron un promedio de veintidós asociaciones libres provenientes de cien personas, esta es una técnica usada en el psicoanálisis donde se permite a la persona hablar de lo que quiera, se le ocurra, piense, sienta, etc., sin importar si suena lógico o no. Lo que nos muestra esta investigación son las semejanzas en las respuestas, por ejemplo, entre una madre y una hija.
Una de las cosas que hacemos en una constelación es leer esa novela o guion, específicamente accedemos a un campo de información, pero para hacerlo de una forma eficiente necesitamos establecer una intención. ¿Cómo es esto? A través de una pregunta, este es el primer paso para hacerte constelar que la persona a la que te acerques te ayude a que tu pregunta sea lo más clara posible porque básicamente estás haciendo una investigación de algo que a ti te gustaría comprender, por ende, necesitas que los resultados sean lo más claro posibles.
Entramos a ese campo de información con la intención de rastrear cosas particulares que movilicen el cambio del paciente cuando se sumerge en la experiencia de su constelación. El segundo paso es ya el encuentro, donde se hará el movimiento de constelación, es aquí donde el consultante va poder ver y observar ese guion con mayor claridad, en este punto la física cuántica nos ayuda a entender qué es lo que sucede, según el efecto observador: el solo hecho de ver hace que las partículas de la realidad se reorganicen de cierta manera. Ver nos sana, hace que ahora nuestra intención comience a organizar las realidades de manera particular, tener acceso a la información del inconsciente que rige los aspectos de la vida donde sentimos que hay bloqueo abre información para el consultante sobre los cómo, las tareas particulares por donde debe comenzar a trabajar, por eso la constelación es un movimiento que va durar un cierto tiempo, es ¿qué decido hacer con eso que veo?
Es ver si realmente me abro a esa información, permitir que todo me comience a traer respuestas, no es raro que después de una constelación de la nada te hable una persona que estuvo involucrada en el movimiento llámese papá, mamá, pareja, hijos, etc., porque efectivamente movimos ese campo de y las partículas que estaban involucradas generan alguna respuesta, es lo que nos dice el entrelazamiento cuántico, por tanto el movimiento sana al paciente pero también puede llegar a tener un impacto en su sistema familiar al traer nueva información necesaria para la reestructuración del mismo.
Otro elemento importante es que existen diversas formas de constelar. Una de las más potentes es cuando lo hacemos dentro de un grupo terapéutico, donde están otras personas siendo observadores o participantes. Para responder a la pregunta que trae el constelado, el constelador le asigna una serie de roles o personajes que el consultante elige dentro de las personas que conforman el grupo terapéutico, quien es elegido no sabe qué personaje se le entrega, esto nos ayuda a cuidar la intimidad y al mismo tiempo disminuir sesgos, pues al no saber qué estoy representando me puedo entregar con mayor apertura a las sensaciones que empiezan aparecer en el cuerpo cuando se entra en el rol o personaje, muchas de las personas que son consteladas se quedan asombradas por la precisión con la que los personajes se comportan o que hablan de manera similar, etc.
Esto es posible porque el cuerpo es una antena que recibe esa información, a través de nuestras neuronas espejos podemos empatizar y empezar actuar acorde a la información, por tanto los representantes son una pieza fundamental, en conjunto con su participación y la observación del constelador se van entrelazando los puntos clave para dar respuesta al consultante.
¿Entonces las constelaciones son reales? Sí, porque accedes a un campo de información inconsciente y la constelación es un medio para verlo, además muchas personas saben que esa información ya está ahí solo necesitan verla, saber cómo está organizada, tener el regalo de ser un observador externo para que sepa con claridad dónde están los nudos y cómo desanudarlos, entonces no es milagrosa ni opera cambios por sí sola, esto depende de la voluntad del consultante, sabemos que ver le da el regalo de la acción pero es un proceso que toma tiempo y disposición.
Por último, ¿qué es lo que podemos constelar? Te dejo algunas ideas, qué decisión tomar frente a una posible ruptura de pareja, claridad frente a una decisión importante, explorar tu misión o propósito de vida, identificar cómo algún patrón ancestral puede estar interfiriendo en tu economía, pareja, familia, etc.
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