Conquistan los Rubín

Ciudad de México

El ex Timbiriche, como cualquier buen papá, presumió orgulloso a su hija, quien desea destacar en la música.

Los Rubín hicieron mancuerna en el Auditorio Cumbres, el viernes por la noche ante unas mil personas.

El show comenzó a las 22:44 horas y el primero que apareció en el escenario fue Erik, con jeans, botas "piteadas", chamarra de cuero y su inseparable gorra, para cantar "No Para de Llover".

En las primeras notas de "Cada Beso" salió Mía, con un conjunto oscuro de pantalón y saco recortado a los costados, que dejaba ver su silueta.

"Buenas noches, Monterrey, esta canción (´Cada Beso´) la había compuesto para un disco de solista unos dos años antes de que saliera en el Primera Fila, con Benny y Sasha, y como estuvo guardada un buen tiempo, me emociona mucho que la canten", dijo Erik.

El turno llegó para Mía con "Mírame", tema que interpreta Alix, en Timbiriche.

"Hola, ¿cómo están?, es la segunda vez que tengo la fortuna de cantar en Monterrey y esta canción marcó a toda una generación", expresó la joven de 18 años.

Después sonó "Cuando Mueres por Alguien", del primer disco que hizo Erik como solista, la cual puso de pie a los asistentes, quienes ya no se sentaron.

Para esta noche, juntos reinventaron los éxitos "Cómo Hemos Cambiado", de Presuntos Implicados; "Sin Documentos", de Andrés Calamaro; "Me Rehúso", de Danny Ocean, y "Así Es la Vida", de Elefante.

Erik destacó por su nivel interpretativo, su carisma y su actitud desenfadada. En cambio, Mía se le vio al inicio con algo de nervios que se notaron en su voz, pero poco a poco se fue ganando los aplausos del público, que terminaron en ovaciones.

La noche continuó con el tema que tiene el ADN de Erik, "Princesa Tibetana" y, como él mismo lo dijo, "donde empezó todo".

El artista interactuó con el público toda la noche, incluso se bajó a las mesas cercanas al escenario para tomarse fotos y cantarles de cerquita a sus fans.