¡No quería casarse!
La actriz mexicana reveló su historia y afirma que tenía fobia al matrimonio

Salma Hayek y François-Henri Pinault una pareja solida. (Instagram)
Ciudad de México
Salma Hayek no tenía en sus planes caminar hacia el altar, y tampoco imaginó que terminaría casándose por sorpresa con el empresario François-Henri Pinault.
A la fecha, la pareja es considerada una de las más sólidas y populares del mundo del espectáculo. Fue en 2009 cuando celebraron su boda civil en pleno San Valentín, y meses después viajaron a París para jurarse amor eterno en una ceremonia religiosa. Sin embargo, la actriz está recordando cómo se dieron realmente esos momentos... y cómo su familia tuvo un papel crucial en todo ello.
LA FAMILIA CONFABULA
En una entrevista para Glamour, Hayek compartió que su matrimonio civil la tomó completamente por sorpresa: "Ni siquiera sabía que me casaría ese día. Fue como una intervención. Creo que nunca conté esta historia. No, ellos simplemente me llevaron al juzgado. Mis padres, mi hermano, todos se estaban confabulando contra mí. Tenía fobia al matrimonio..."
La protagonista de "Frida" aseguró que fue prácticamente "arrastrada" por su familia al juzgado y que, posteriormente, se llevó a cabo una celebración improvisada: "Estaba nerviosa. Y luego, después, hubo un almuerzo en la casa de sus padres. Mi suegra, quien es la persona de buen gusto cuando se trata de entretener, tenía ya listo el almuerzo. No tenía otra opción...", recordó.
LE TUVO PACIENCIA
François-Henri Pinault, actual presidente y director ejecutivo del grupo Kering, conglomerado que incluye marcas como Yves Saint Laurent y Gucci, fue paciente ante la negativa de Hayek al matrimonio.
Aunque a la fecha disfruta de la vida familiar junto a su hija Valentina Paloma, en aquel entonces la actriz no se sentía preparada para dar ese paso ."Yo, de hecho, no creía en el matrimonio. No me quería casar con él. Él trató por mucho tiempo, yo podía decir que sí y luego no aparecer. Y él nunca se fue cuando yo no aparecí, tuvo que quedarse hasta que lo conseguimos y yo estaba aterrorizada..."
Con el tiempo, Salma fue cambiando su perspectiva. Al principio, ser una mujer casada no le representó una transformación profunda, pero poco a poco la experiencia se volvió emocionante... y finalmente llegaron sus ganas de celebrar.
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