Crisis en asilo
Asilo Hogar Quietud necesita de la ayuda de las personas para cubrir sus gastos
Fundado en el año de 1993 el Asilo Hogar Quietud cómo resultado de los dos años de pandemia que como consecuencias redujo el número de residentes incluyendo el deceso de la administradora, hoy afronta grave crisis ante falta de patrocinadores y voluntarios.
Entrevistada por el reportero, María Cristina Juárez Garay encargada del Asilo, narró que desafortunadamente la pandemia afectó la población con la que se contaba.
Hasta antes de la pandemia teníamos una población de 40 a 50 adultos mayores, pero algunos se regresaron con sus familias y de los que quedaron algunos fallecieron, a raíz de la pandemia perdimos muchas de las personas que nos venían ayudando".
Hoy en día cuentan con una población de 25 adultos mayores cuyas edades fluctúan entre los 60 hasta los 100 años, cuyo principal benefactor es la diócesis de Matamoros a través de la Iglesia San Juan, proporcionando dos monjas voluntarias.
"En especie no faltan los alimentos pero si en donativos, pues hay que cubrir los gastos que no esperan como la energía eléctrica, el gas, el mantenimiento a las instalaciones, y estudios clínicos por eso sería muy importante que nos apoyaran en ese sentido".
NECESARIA MÁS AYUDA
De las personas que siguen ayudando una buena parte son residentes del vecino país del norte, y otras más que se mantienen firmes durante todo el año como la señora Noelia Cantú de Millán.
Quienes se interesen por sumarse a los apoyos pueden llamar al teléfono 8998-57-49-18, más aún que no se tiene a ninguna persona agendada para la cena de año nuevo.
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