Querellan a maestro atropellador

Una madre desesperada, sin los recursos necesarios para atender a su hija adolescente de serias lesiones ocasionadas por un maestro de secundaria en un accidente vial, no tuvo otra alternativa y acudió ante las autoridades ministeriales para querellarse formalmente en contra del mentor que no ha querido responder por los gastos médicos.

Virginia Álvarez Vicente, reconoció que el maestro Luis Ramón de la Fuente Escudero, en principio se comprometió a pagar los gastos de curación, pero en cuanto se dio cuenta que la pequeña Jocelyn, de solo 14 años requería de una intervención quirúrgica para reparar la fractura en una de sus extremidades inferiores, decidió mantenerse al margen y dejar solas a madre e hija con el grave problema motivado por un accidente vial en el que aparentemente se le responsabiliza.

El maestro de la secundaria Federal número 11 de la colonia El Olmo, conducía su camioneta cerca del plantel, cuando atropelló a la adolescente a quien auxiliaron y la llevaron al hospital General, donde los médicos determinaron que requería de una operación, pero se encontraron con el problema de que el quirófano había sido dañados por el agua que se filtró al nosocomio  durante las lluvias.

De ahí la llevaron al Hospital Materno-Infantil, donde tampoco encontró lo necesario para la cirugía y por último la llevaron al Hospital Las Fuentes, donde pagaron una cantidad que no cubría la cirugía y a partir de entonces se tornaron en evasivas, tanto el mentor como sus familiares.

Doña Virginia, cansada y preocupada, recurrió a un abogado particular para que la asesorara en su querella y ayer por la tarde se presentaron en la UGI-3 para denunciar formalmente.

El caso al que se le dio amplia difusión en los medios y redes sociales podría llegar a los tribunales en caso que los protagonistas no lleguen a un acuerdo reparatorio en el centro de justicia alternativa para la solución de conflictos.

Dentro de la carpeta de investigación las autoridades se encargarán de citar a las partes y hacerles ver la posibilidad de llegar a un acuerdo satisfactorio en el que se privilegia la solución a través de la reparación del daño, antes de que se ventile el caso en una carpeta procesal.