Modric se va del Mundial
Con galopadas centelleantes y el instinto de un goleador nato, Julián Álvarez empujó a la Argentina a otra final de una Copa del Mundo
Lusail
Lionel Messi y Álvarez, un dínamo de 22 años, fueron un par de diminutos depredadores al armar una sociedad que desbarató toda ilusión de Croacia de hilvanar finales consecutivas.
"Estoy contento, nos merecíamos esto", dijo Álvarez. "Estamos en la final y era lo que queríamos".
De reciente irrupción en el once titular del equipo dirigido por Lionel Scaloni, el más joven de la dupla de atacantes albicelestes redondeó un partido memorable en el estadio Lusail, sin achicarse ante una cita de semejante magnitud. Provocó el penal que Messi, el capitán de 35 años, convirtió con un zurdazo y luego facturó un doblete para certificar la victoria 3-0.
Álvarez se convirtió en el jugador más joven que marca dos goles en una semifinal del Mundial desde que un Pelé, con 17 años, firmó un triplete para Brasil ante Francia en 1958.
Por algo un Messi extasiado jugueteó con Álvarez al sujetarle de cabeza luego que la nueva figura del Manchester City anotara su primer gol y le abrazó efusivamente tras el segundo.
Messi recibió el galardón como el mejor del partido, pero la Pulga dijo que prefería dárselo a Álvarez: "Nos abrió el camino, peleó, corrió, se peleó con todos. Fue importantísimo... y se lo merece él."
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